Pese a la campaña sucia de Vidal, Kicillof saca más ventaja frente a la horrenda gestión de la gobernadora

Durante 10 meses, el equipo político de María Eugenia Vidal buscó algún tipo de campaña sucia contra el candidato del Frente de Todos, Axel Kicillof. Primero intentaron tratarlo de marxista, luego de militante del partido Comunista o que se llevaba mal con todos los intendentes del peronismo. Nada de eso surtió efecto. Kicillof siguió montado en su viejo Clío recorriendo la provincia de Buenos Aires, hablando con su gente de los problemas graves que padecen los bonaerenses, tanto en materia de salud, educación, cierre de fábricas o el crecimiento de la desocupación. Mientras tanto, la gobernadora recorría la provincia en helicóptero, participaba de los programas de televisión, conducidos por periodistas que cobran suculentas pautas y ‘creyéndose’ que era la “gran política” de la ultima década. El chupamedismo fue tal, que la gobernadora se convenció de la frase de Pablo Sirvén: “Señora María Eugenia, toc toc, soy la Historia, necesito que sea presidenta”.

La cachetada del 11 de agosto fue de tal magnitud que durante varios días la gobernadora quedo nocaut, fuera de sí. Los bonaerenses la habían castigado en las urnas duramente por sus políticas de hambre y miseria en la provincia de Buenos Aires.
En las últimas horas, la gobernadora en conjunto con todos los medios hegemónicos y el gobierno nacional, comenzaron una campaña sucia con una frase de Axel Kicillof en el programa de Luis Novaresio sobre la falta de trabajo y en narcomenudeo que le relato un cura en Morón. Kicillof había dicho “hay gente que se dedica a vender droga porque se quedó sin laburo”, a lo que Novaresio replicó que “en mi ciudad, Rosario, pasa igual”. Desde el equipo político de Vidal intentaron hacer creer a los bonaerenses. que Kicillof apoyaba ese práctica como salida laboral.
Ayer, el candidato del Frente de Todos fue claro y contundente al afirmar que los datos oficiales reconocen que “fracasaron en la lucha contra el narcotráfico y que hay más droga en la calle”. Luego añadió que “nosotros lo vamos a combatir sin tanto marketing” y fustigó la campaña sucia de Juntos para el Cambio. “No quieren hablar del hambre ni de la crisis educativa ni de salud y hay momentos que dan gracia cuando que dicen que voy a llamar a matar pero no voy a responder acusaciones”, dijo el candidato.
El problema de Vidal es que pese a su campaña sucia, sigue cada vez las lejos de Kicillof. En una reciente encuesta de Trespuntozero, hoy el candidato del peronismo está por encima de los 50 puntos y puede llegar a los 55 puntos. Los bonaerenses no sólo consideran muy mala la gestión de Macri (72% la ve negativa) sino que el 57 por ciento es muy crítico de la gestión de Vidal.
Según la consultora, la fórmula Fernández-Fernández puede sacarle 25 y hasta 27 puntos de distancia a Macri-Pichetto. Con semejante ventaja, el corte de boleta para que Vidal se acerque a Kicillof-Magario tiene que ser monumental y la propia encuesta indica que es escaso. Sólo un seis por ciento dice que probablemente corte boleta, un porcentaje que luego en el cuarto oscuro se reduce.
El otro problema de Vidal, es que los intendentes de Juntos por el Cambio no solo hacen campaña cortando la boleta de Macri sino también la de Vidal. Es brutal lo que ha sucedido con los intendentes del Gran Buenos Aires del oficialismo, hasta antes de las PASO cuando hablaban con la gobernadora la llamaban “Mariu” y ahora la mencionan como ‘señora Vidal’.