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20 abril, 2024
PAÍS

Cristina, cada vez más lejos de decirle “amigo” a Rodríguez Larreta

“Habría que preguntarle a ella por qué me critica día por medio”, planteó Horacio Rodríguez Larreta la semana pasada, y se refería a los cuestionamientos que lanza Cristina Kirchner quien, a diferencia de Alberto Fernández, está muy lejos de considerar como su “amigo” al Jefe de Gobierno porteño.

Es que la vicepresidenta no acepta la existencia de “buenos y malos” o “duros y moderados” en el macrismo, y está convencida de que más allá de los aparentes buenos modales de Larreta, al ser su jefe Mauricio Macri, no parecería estar tan en desacuerdo con las barbaridades que el ex mandatario lanza sobre el Gobierno del Frente de Todos.

En otras palabras, la ex presidenta está convencida que el jefe de Gobierno es más de lo mismo dentro del PRO. Fernández no coincide del todo: le reserva a Larreta otro tipo de apreciación, un tanto más benévola. Aunque sí reconoce que en los últimos tiempos la pandemia robusteció su popularidad.

Hay que tener en cuenta que desde el inicio de la pandemia, Alberto y el alcalde porteño resolvieron, por mutua conveniencia, administrar de forma conjunta la gestión de la crisis sanitaria en torno al coronavirus, en una mesa de negociaciones que se mantiene desde abril y que también integra el gobernador bonaerense Axel Kicillof.

Cerca de CFK desdramatizan su postura, y sostienen que la gestión y la política corren por carriles separados, que obedece a la dinámica del Frente de Todos y que juntarse “con alguien que piensa distinto no significar tener un acuerdo”.

Pero lo cierto es que cada vez que Cristina recurre a las redes sociales para descargar alguna crítica sobre Rodríguez Larreta, el vínculo político entre la Casa Rosada y el Gobierno de CABA inevitablemente se enrarece.

El martes último, mientras la Cámara de Diputados era el escenario del bochornoso portazo que dieron los legisladores de Juntos por el Cambio, Cristina replicó en sus redes un tuit de la legisladora porteña Lucía Cámpora, que comparó la negativa de la alianza opositora de rechazar el debate virtual por la reforma judicial con la aprobación de leyes en la Ciudad con sistema de votación mixto vinculadas, por ejemplo, a modificaciones en la estructura del Consejo de la Magistratura y el Ministerio Público.

“Te vas a sorprender tanto como yo de las cosas que hace el macrismo en la Legislatura porteña, que responde a Horacio Rodríguez Larreta, y que nadie se entera”, escribió en su cuenta de Twitter.

Más allá del comentario que lanzó en cuanto a que no alcanza a entender por qué la titular del Senado lo critica día por medio, por ahora el jefe de Gobierno no está dispuesto a romper con su estilo, que cerca de él ya califican con humor como la “apología de la moderación”.

En esa dirección aseguran que Rodríguez Larreta no va a traicionar su estilo por puro pragmatismo: las encuestas confirman que buena parte de su popularidad obedece a eso. En el Gobierno miran los mismos sondeos. Además, el alcalde está obsesionado con la porción de coparticipación que recibe del Estado nacional y que, cuando pase la pandemia, cree que será recortada por la Nación, tal como preveía la Casa Rosada antes de que estallara el coronavirus.

El jefe de Gobierno, a pesar del vínculo que mantiene y, resaltan, “cuida” con el presidente, también está cada vez más convencido de que Alberto Fernández tiene poco margen para consolidar esa relación.

Lo cierto es que los vínculos entre el oficialismo y la oposición atraviesan desde hace semanas una especie de doble juego entre moderados y duros que condiciona cualquier intento de negociación política.

 

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