Aunque en su entorno repiten que todavía no está enfocado en la campaña, el gobernador Axel Kicillof ya mira números y analiza estrategias de cara a las elecciones para conseguir arrebatarle la mayoría que hoy ostenta Juntos por el Cambio en el Senado y que le permite trabar los proyectos de ley.
Actualmente, la oposición tiene 26 bancas sobre 46 de la cámara alta y ostenta la llave para trabar cada iniciativa que el Ejecutivo envía o poner condiciones para su tratamiento. Así ocurrió con el presupuesto, el endeudamiento y hasta con los pliegos de jueces, fiscales y defensores oficiales.
En estas elecciones, JxC pone en juego 16 bancas de las 26 que tiene hoy y el Frente de Todos 7 de las 20 que hoy posee. La pelea está enfocada en las cuatro secciones electorales que renuevan bancas de senadores: la primera, la cuarta, la quinta y la séptima. Las tres últimas corresponden al interior bonaerense, donde el Frente de Todos tuvo más dificultades en las últimas elecciones.
El objetivo de Kicillof es arrebatarle la mayor cantidad de escaños posible al macrismo y, según los cálculos que ya hacen en el Frente de Todos, la clave pasará por la primera sección electoral (Conurbano norte). Allí se eligen 8 senadores. En 2017, JxC ganó 5 bancas sobre las 8 que se elegían. El peronismo se quedó con apenas 3 escaños, debilitado en buena parte por los votos que cosechó allí el Frente Renovador de Sergio Massa, que en esas elecciones iba con candidatos propios.
¿Cuál es el análisis que hacen en el FdT? Que pueden dar vuelta la elección en esa sección que integran distritos como Tigre, Malvinas Argentinas, Campana, Escobar, General Las Heras, General Rodríguez, General San Martín, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, Luján, Marcos Paz, Mercedes, Merlo, Moreno, Morón, Navarro, Pilar, San Fernando, San Isidro, San Miguel, Suipacha, Tres de Febrero y Vicente López. Hay dos factores a favor: el primero es los municipios que estaban en manos de JxC y fueron recuperados en 2019, y por otro lado, el peso del armado del massismo en esa sección que plantea un escenario muy distinto al de 2017.
Según los cálculos que realizan en el gabinete bonaerense, el FdT podría conseguir 5 bancas y la oposición quedarse con las 3 restantes en esa sección. Ese número comenzaría a equilibrar la balanza ya que dejaría con 22 senadores al peronismo y con 24 al macrismo.
Pero la apuesta es obtener al menos una banca más para empatar 23 a 23 en la nueva composición del Senado a partir de diciembre. Ese escaño podría salir de la cuarta sección electoral (noroeste bonaerense), que vota 7 senadores este año, o de la séptima sección (centro), que elige 3 escaños. En las elecciones de 2019, el peronismo perdió en ambas secciones aunque mejoró los guarismos respecto de años anteriores.
La sección que también elige senadores es la quinta (costa atlántica) que vota 5 senadores. Allí también ganó Juntos por el Cambio en 2019. Es la más difícil para el FdT. Y hablando de la esta sección, el gobernador y la vicepresidenta eligieron ir hasta Las Flores, municipio que el Frente de Todos recuperó en 2019.
Manejar el Senado es clave para Kicillof ya no sólo por las leyes que le garanticen gobernabilidad en los últimos dos años de su mandato, sino también porque es la que tiene la llave para los acuerdos por los nombramientos que impulsa el Ejecutivo en su propia órbita, en el Banco Provincia y también en la justicia, incluida la Suprema Corte donde hoy existen dos vacantes.