La consigna del establishment: “Hay que exterminar al peronismo y encarcelar a Cristina Kirchner”

“Hay que exterminar al peronismo”, es la consigna que repite la derecha desde hace más de siete décadas. Primero metieron preso a Juan Domingo Perón y lo salvó un 17 de octubre, luego bombardearon plaza de Mayo, golpe de Estado, fusilamientos, exilio, prohibición del peronismo por casi dos décadas y, como si fuera poco, 30 mil desaparecidos, toda una generación de jóvenes argentinos que habían abrazado un proyecto nacional y popular.

Cuando ganó Macri en 2015 con todas sus mentiras creyeron que el peronismo no volvería nunca más al gobierno, por lo cual persiguieron a Cristina Kirchner con decenas de juicios y metieron presos a un vicepresidente y a varios ministros. La política económica del macrismo fue tan brutal que la ex presidenta en una jugada inesperada conformó una fórmula con Alberto Fernández y el peronismo volvió al poder.

En este tiempo, cuando ven que llegan al poder políticos progresistas en Bolivia, Chile, Perú y Colombia y probablemente en Brasil, el establishment económico y financiero, junto a jueces y opositores han decidido aniquilar al peronismo y a Cristina para que no vuelva a ganar en 2023.

La oposición, los medios hegemónicos y las corporaciones trabajan desde hace semanas en producir un caos económico que termine con el gobierno del Frente de Todos o como mínimo en una brusca devaluación que golpeará a los sectores más humildes.

Mientras tanto, avanza el único juicio que quedo en pie contra la ex presidenta por la obra pública en Santa Cruz durante su gestión.  La idea es condenarla, encarcelarla y que se la inhabilite para ejercer cargos públicos, sobre una causa donde se comprobó que fue todo un invento de los peritos puestos por el macrismo. Un calco de lo que pasó primero con Dilma Rousseff y luego con Lula da Silva en Brasil.

Por estas horas los medios hegemónicos ya hablan de condena. Ayer domingo, Eduardo Van Der Kooy, en su editorial de Clarín finaliza su nota hablando maravillas del fiscal Diego Luciani, encargado de acusar a la expresidenta sin ninguna prueba: “A juicio de los que saben, merecedor de ser a futuro colgado como un cuadro”, dice el operador de Clarín sobre un alegato que parece conocer en profundidad. Por su parte, en La Nación Joaquín Morales Sola titula en letra catástrofe: “Una sociedad sublevada contra el gobierno”.

La maquinaria de la derecha está activa y los mercados en la última semana presionaron llevando el dólar ilegal a casi 300 pesos mientras que el campo no liquida todo lo que corresponde con la sola intención que el gobierno se quede sin dólares.

En 1975, el ataque de la derecha y el campo fue similar con varios lockout contra el gobierno peronista que terminó con el golpe cívico-militar que instauró en el ministerio de Economía a José Martínez de Hoz y una política que destruyó la industria nacional. Para consagrar aquella dictadura hubo 30 mil desaparecidos y miles de dirigentes sindicales presos o asesinados.

Hoy todo se parece. No hay un ejército que asesina pero están los medios hegemónicos que cumplen el rol de mentir y producir el caos en la sociedad. Son los gendarmes de este siglo.

Como ha señalado en más de una vez el dirigente de la CTA Hugo Yasky: “El pueblo en la calle es capaz de torcer la historia en las peores circunstancias”. Todavía estamos a tiempo, no hay diálogo posible con quien quiere desaparecerte. Un triunfo del macrismo el próximo año será una derrota del pueblo argentino que tardará décadas en volverse a poner de pie y recuperar los derechos logrados durante décadas de peronismo.