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29 marzo, 2024
PAÍS

La “independencia” de los fiscales que acusan a Cristina: revelan datos sobre su pertenencia al macrismo

Las pruebas son irrefutables: el fiscal Sergio Mola, uno de los dos acusadores de Cristina Kirchner –junto a Diego Luciani- en el marco del juicio por el presunto direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz, formaba parte del brazo judicial del macrismo.

Así lo reveló el ministro de Justicia, Martín Soria, quien precisó desde su cuenta de Twitter que Mola visitó la Casa Rosada el 16 de junio de 2016, cuando gobernaba Mauricio Macri. No será el primer visitante judicial del expresidente en intervenir en este caso, donde ya participaron Mariano Borinsky y Gustavo Hornos y podrán continuar haciéndolo con el aval que les dio la Corte Suprema el mismo día que rechazó todos los recursos de la vicepresidenta en esta causa con tres años de tardanza.

“Cada funcionario judicial que interviene en la persecución contra @CFKArgentina entraba a escondidas al despacho de Pepín Rodríguez Simón y Macri en la Casa Rosada. No es coincidencia. Es la expresión más grotesca de lawfare en nuestro país”, escribió Soria, y adjuntó una foto de la planilla de ingresos a la Casa de Gobierno donde figura Mola, con la aclaración de que se trataba de un “fiscal general de la nación”, que pasaría por la secretaría Legal y Técnica, por entonces a cargo de Pablo Clusellas, exponente de la llamada “mesa judicial” del macrismo.

Asimismo, Soria adjunta una fotografía en la que aparece el fiscal Mola el día de su jura con el Procurador general interino Eduardo Casal, y en primera fila, aplaudiendo, entre otros, el diputado Cristian Ritondo, la titular del PRO, Patricia Bullrich, y el Procurador bonaerense Julio Conte Grand.

Según detalla hoy Irina Hauser en Página/12, en esa época Mola era fiscal federal en Lomas de Zamora. En el Ministerio Público Fiscal es conocido como alguien de carrera judicial y su paso por las oficinas de la Rosada causó sorpresa entre algunos colegas, igual que algunas de sus expresiones en el alegato. Hasta ahora en el juicio había tenido un papel menor mientras que el protagonismo se lo llevaba Luciani, que este lunes inició su acusación con un tono vehemente, a sabiendas de que su presentación sería transmitida por varios canales de televisión. 

Soria sostuvo que a ambos fiscales se los vio “más preocupados por ver cómo adjetivaban a la expresidenta que por exponer pruebas” e incluso involucraron “el sentido común” como si fuera parámetro en un juicio. “El único objetivo es la persecución contra Cristina Kirchner”, señaló.

Recordó que sólo se peritaron ya iniciado el juicio 5 de las 51 obras viales cuestionadas “y que en ninguna se nombra a Cristina Fernández de Kirchner”. “Escuchar a un fiscal hablando de relato y gritándole a una computadora es bastante triste”, añadió y pronosticó que tarde o temprano “esto va a terminar como las otras causas que se cayeron a pedazos: Dólar Futuro, Memorándum con Irán o la bendita carta de San Martín”.

Algunos viejos colegas de Luciani recuerdan con sorpresa el papel que tuvo años atrás, en 2013, en un asunto emparentado con el caso “Vialidad” que fue base del famoso juicio contra Lázaro Báez donde terminó condenado por lavado de dinero y que medios hoy opositores llamaron “La Ruta del dinero K”. Parte de ese expediente, en sus más remotos orígenes, intentó ser manejado por el fiscal José María Campagnoli, quien tenía una causa sobre el financista Federico Eláskar, en la que en un comienzo estaba señalado por extorsión, pero terminaba convertido él en víctima del empresario Báez.

Un consejo evaluador integrado por cuatro fiscales consideró que Campagnoli  habría intentado condicionar la investigación sobre el tema en el fuero federal, se habría apartado de sus funciones, filtrado información y actuado con “fines no jurídicos”. Quedaba claro ya entonces que el destino de esa causa era asociar la figura de Báez con Néstor y Cristina Fernández de Kirchner. Uno de los fiscales de aquel consejo que pidió en un dictamen abrir el proceso de remoción contra Campagnoli fue Luciani, junto con Alejandro Alagia y Javier De Luca. Ricardo Álvarez se limitó a proponer un sumario. Luego el juicio caducó antes del veredicto.

El alegato de los fiscales Luciani y Mola en el juicio por las rutas en Santa Cruz –asombrosamente basado en una auditoría de la Dirección de Vialidad macrista que entre otras cosas decía que nunca se pagó ninguna obra que no se hubiera terminado y que las demoras eran las mismas que podían darse en otras provincias– seguirá por lo menos por siete audiencias más, a razón de tres días por semana.

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