El presidente Mauricio Macri tuvo que intervenir en persona para frenar a la diputada Elisa Carrió a que no presentara el pedido de juicio político contra Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema. En la negociación con la diputada cedió y presionó a la gobernadora María Eugenia Vidal a que la reciba en su despacho.
El presidente está negociando con Lorenzetti que le solucione el problema de las tarifas de gas que están suspendidas por resolución de la Cámara Federal de La Plata, de allí que le ordenó a Carrió que frene la denuncia contra Lorenzetti.
La diputada de Cambiemos tiene lista una serie de documentos con los que traspasaría el límite de su enfrentamiento con el titular del máximo tribunal, que ya tuvo varios capítulos públicos y privados. Manejo de fondos, infraestructura, licitaciones de obras para el Poder Judicial y el propio patrimonio del juez eran los ejes bajo los cuales la legisladora pensaba plantear su pedido de jury.
Ante el pedido a Carrió, ésta contrarrestó que la gobernadora Vidal sigue protegiendo a ministro de Seguridad Cristian Ritondo y al jefe de la policía, el comisario Pablo Bressi, a quien vincula al narcotráfico.
En el acuerdo con Carrió, el presidente entregó a su alfil y obligó a la gobernadora que la reciba en las próximas horas, algo que Vidal se negaba, más allá que había tenido el gesto de llamarla por teléfono cuando la diputada hizo pública una carta sobre las denuncias a Bressi y Ritondo.
En las últimas horas, el periodista Jorge Lanata, que siempre actúa en tándem con la legisladora, presentó en su programa una denuncia sobre la recaudación ilegal de la policía bonaerense.
Más allá de las denuncias de Carrió está en juego quien encabezará la lista de senadores el próximo año. Desde el entorno de Vidal lo prefieren al intendente de Vicente López, Jorge Macri, que hoy no mide demasiado en las encuestas, sobre la legisladora de la Coalición Cívica. Carrió se mudó a Exaltación de la Cruz y ha señalado que quiere ser candidata en la provincia de Buenos Aires.