Randazzo no imaginó qué tan duro sería morder el polvo de la derrota

La primera experiencia electoral de Florencio Randazzo en el debut de su fuerza política, “Cumplir”, estuvo demasiado lejos de sus expectativas. Pese a que el ex ministro del Interior y Transporte era consciente de que no iba a ser tarea sencilla enfrentar a Cristina Kirchner, seguramente nunca llegó a imaginar una perfomance tan baja por parte de sus candidatos.

Con una magra cosecha que anduvo por los 600 mil votos en toda la provincia, es decir menos del 6 % y que se tradujo en un cómodo cuarto puesto detrás de Unidad Ciudadana, Cambiemos y 1País, de la docena de intendentes que se jugaron por su postulación como senador nacional, sólo dos (Monte Hermoso y Castelli) salvaron la ropa. Eso sí, aunque más no sea para consuelo propio, logró triunfar en Chivilcoy, su patria chica.

En el caso de Monte Hermoso, perteneciente a la Sexta sección electoral, el intendente local, Marcos Fernández, junto con el ex senador y precandidato a diputado bonaerense, Alejandro Dichiara, lograron posicionar en primer lugar a la lista de “Cumplir”. Allí, el randazzismo alcanzó el 50,7 %, frente al 33,9 de Cambiemos y 15,4 de UC.

En Castelli se dio un caso particular: su intendente, Francisco Echarren, después de su breve paso por el gabinete de la gobernadora María Eugenia Vidal, volvió a su comuna, y desde ahí respaldó el espacio de Randazzo. En ese distrito de la Quinta sección,  la candidata María Julia Corti, de “Cumplir”, alcanzó el 46,9 % de los sufragios, frente al 36,8 de Cambiemos.

Pero donde el randazzismo mostró su peor cara a la luz de los resultados, fue en los dos municipios del conurbano pertenecientes a la Primera sección, cuyos intendentes se jugaron por el ex ministro de Cristina: Gabriel Katopodis, de General San Martín, y Juan Zabaleta, en Hurlingham.

En el primero de esos distritos, los candidatos de Cambiemos lograron el 33 %, frente al 31 de Unidad Ciudadana, 17 de 1País y recién ahí aparece “Cumplir” con algo más del 7 %.

Algo parecido ocurrió en Hurlingham, aunque allí se impuso la lista de Cristina con el 35 %, seguida por Bullrich (33), Massa (15) y en cuarto lugar quedó Randazzo, que no llegó al 6 % de los votos.

Otro duro golpe para sus aspiraciones a futuro, a la hora de construir un espacio que dispute el poder en 2019, se dio en Bolívar, cuyo intendente, Eduardo “Bali” Bucca, encabezó la lista de precandidatos a diputados nacionales por “Cumplir”. En esa comuna de la Séptima sección, Randazzo quedó en tercer lugar, detrás de Cambiemos y de Unidad Ciudadana, mientras que el jefe comunal perdió a manos del oficialismo.

De todas maneras, a pesar de un panorama tan sombrío, el ex ministro del Interior al menos sintió un cierto alivio por el triunfo de “Cumplir” en Chivilcoy, su patria chica (gobernada por el massista Guillermo Britos). Ahí, sus candidatos se impusieron con el 32 % de los sufragios, frente al 25 de Cambiemos. Ariel Franetovich, ex intendente local y precandidato a senador provincial se mostró satisfecho por el resultado, y consideró que “le estamos cumpliendo a Florencio con este triunfo en su ciudad natal”.

En el resto del interior, el randazzismo quedó en segundo lugar, detrás de Cambiemos, en las comunas propias de Alberti y Carlos Casares, donde gobiernan Germán Lago y Walter Torcchio, respectivamente. Peor la pasaron los intendentes de Colón y Salto (Ricardo Casi y Ricardo Alessandro), teniendo en cuenta que en ambas comunas “Cumplir” quedó relegado al cuarto lugar.

En tanto, en Hipólito Yrigoyen, cuyo intendente es Jorge Cortes, las boletas del ex ministro alcanzaron sólo el tercer puesto.

En definitiva, las perspectivas no se presentan precisamente favorables para Randazzo, después del durísimo traspié de ayer. Al menos en el corto plazo, quienes están cerca de él se preguntan cómo afrontará las legislativas de octubre. Y en voz baja, se comenta que de la docena de intendentes que se mostraron fieles hasta ahora, podría registrarse un éxodo de la mayor parte de ellos hacia las filas de Unidad Ciudadana.

Por eso, cuando el ex ministro ya estaba mordiendo el polvo de una dura derrota, no resultó demasiado convincente en el momento que sostuvo que “nosotros no vinimos a ocupar un espacio político para una elección coyuntural, sino que vinimos a poner de pie al peronismo”.