La presencia de más de 300 mil personas en la calle fue un cimbronazo para el Gobierno. Más allá de que intente descalificar a los convocantes o subestime la contundencia de la multitudinaria marcha de ayer, está claro que en la Casa Rosada se sintió el grito de esa multitud que justamente exteriorizó su malestar con un rumbo económico que suma excluidos día tras día.
“¿Acto? ¿De qué acto me hablan?”, fue la primera reacción de un hombre cercano a Mauricio Macri que, con ironía, buscó menospreciar la movilización. Sin embargo, desde el presidente hasta el último de los secretarios, siguieron atentamente todos y cada uno de los discursos.
Justamente, como resultado de ese monitoreo que hicieron sobre las palabras que sonaron con fuerza en el escenario montado en la avenida 9 de Julio, la Casa Rosada dispuso organizar las respuestas mediáticas por parte de un grupo de funcionarios, para salir al cruce de los dichos de Hugo Moyano y compañía.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, ordenó que esas respuestas estuvieran a cargo de los ministros Jorge Triaca, Rogelio Frigerio y Guillermo Dietrich, que en las últimas horas dijeron presente en canales de TV y emisoras de radio, para repetir los argumentos que dieron antes de la marcha: que no había quejas puntuales para llevar a cabo la manifestación, y que la única razón valedera es la comprometida situación judicial del camionero.
Sin lugar a dudas, Hugo Moyano salió fortalecido con el acto de ayer. No sólo por la contundencia de la movilización, sino porque pudo resistir con éxito la brutal embestida que llevaron adelante desde Macri y sus funcionarios para debilitar la protesta. Y al final de la tarde, el líder camionero podía sentir la satisfacción de saber que en estos tiempos no es fácil movilizar a cientos de miles de trabajadores.
Y mientras Moyano y otros referentes mostraban ayer las consecuencias del ajuste que profundiza el gobierno, otros dirigentes gremiales que dieron un paso al costado, están a punto de subirse al avión para acompañar al ministro Triaca en su gira europea.
Además, el dirigente gremial puede respirar aliviado porque, además de que la marcha se realizó sin un solo incidente, sintió el acompañamiento de las dos CTA, movimientos sociales, intendentes peronistas y massistas, la Cámpora y un sector del movimiento sindical peronista. En otras palabras, no es poca cosa para alguien que, como Moyano, estaba más para jubilarse que para ser protagonista de esta pelea con Macri.
Mientras tanto, ahora el Gobierno puede elegir entre profundizar la confrontación precipitando su detención o la de su hijo Pablo, o tomar nota de que son millones los trabajadores que no se sienten incluidos por el proceso en marcha, y en consecuencia buscar alguna respuesta más inteligente que los libretos armados por Durán Barba para atacar a Moyano.