Por Alfredo Silletta. El presidente Mauricio Macri vive sus “horas desesperadas” desde que hace tres semanas sus “amigos”, los especuladores de las finanzas decidieron dar su propio golpe de estado para que el dólar aumentara y el Banco Central entregara las divisas -más de 8.000 millones de dólares-, además del aumento de las tasas al 42%, lo que hace inviables al país para posibles inversiones.
En la desesperación, el presidente, a través de Federico Sturzenegger, se reunió en secreto con Domingo Cavallo, quien le sugirió un dólar recontraalto, tasas al 40% y que empiece a negociar con el Fondo Monetario Internacional. Macri lo escuchó, pero no tomó ninguna medida en esas horas. Finalmente, y con el Banco Central desangrándose no le quedó más remedio que acudir al FMI.
Pero tanto Macri como su Jefe de Gabinete, Marcos Peña, saben que con el regreso del Fondo la imagen presidencial seguirá cayendo, incluso en las de sus propios votantes: se habla que más del 60% se opone al regreso del organismo internacional a la Argentina.
A la crisis de credibilidad, los medios hegemónicos, especialmente el Grupo Clarín empezaron a cuestionar las políticas económicas del presidente. Personajes chupamedias como Alfredo Leuco pidiendo la renuncia de ministros del presidente en TN. No solo eso, desde las páginas de Clarín se empezó a señalar que Macri no debe ir por la reelección y que ese cargo lo ocupe María Eugenia Vidal en 2019, como lo venimos señalando desde este portal hace ya varias semanas.
El presidente finalmente decidió reunirse en secreto con Héctor Magnetto, el CEO del grupo. La noticia fue revelada ayer por el escritor Jorge Asís ante la cara impertérrita de Daniel Santoro y los demás panelistas. De la reunión, Magnetto se comprometió a “ayudarlo” para que el brutal ajuste que solicite el FMI no se note tanto en la sociedad pero a cambio le “exigió” que ponga la firma final en la fusión de Telecom y Cablevisión más algún otro negocio del Grupo que lo enfrentará irremediablemente con otro gigante como Telefónica.
Primero Cavallo, después el FMI y por último Magnetto. El mismo combo que en el 2001 nos llevó a uno de los más grandes desastre de Argentina.
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