El gobierno de María Eugenia Vidal no sabe qué hacer para frenar los paros docentes y por eso ayer volvió a impulsar un proyecto de ley para declarar a la educación como servicio público esencial y limitar así a los gremios en la realización de medidas de fuerza.
El encargado de reinstalar el debate en la agenda política fue el presidente de la cámara de Diputados bonaerense, Manuel Mosca, justo ayer cuando terminó otro paro docente que sumó 21 días sin clases en lo que va del año en las escuelas públicas bonaerenses. “Es una buena variante para analizar, pensando en que no se pueden perder más días de clases en las escuelas”, señaló Mosca y le dio luz verde así al proyecto que presentó su colega “lilito”, el diputado Guillermo Castello. “Esto le evitaría a los chicos el daño y el costo por no tener todos los días de clase que debieran”, completó.
El proyecto de ley fue presentado a fines de agosto del año pasado, y desde entonces espera ser tratado en la comisión de Educación, que el propio Castello preside desde diciembre. En concreto, la iniciativa declara a la educación primaria como “servicio esencial”, lo que no impide los paros pero obliga a que durante una medida de fuerza se garantice el servicio de comedores, el cumplimiento de los 180 días de clase obligatorios y además haya una guardia mínima para que los padres dejen a sus hijos.
Mosca se mostró ayer con Castello durante una recorrida por Mar del Plata. En ese marco, Castello aseguró que “después de 21 días de paro docente, que perjudican a los alumnos de las escuelas públicas, sobre todo a los de menores recursos, habría que evaluar seriamente la necesidad de reglamentar el derecho a huelga de los docentes bonaerenses”.