Durante el último año, la pobreza subió del 28,2 al 33,6 % de la población urbana: son 5,4 puntos más o, dicho de otra manera, son 2.180.000 nuevos pobres, y la situación ya afecta a 13.600.000 personas, por lo cual se trata del nivel más alto en una década.
Así lo reveló hoy el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), destacando que también es récord – 51,7 % — la pobreza entre los niños y, por regiones, encabeza el conurbano bonaerense con el 43,4 %, donde también es récord en la serie.
Estos datos representan un golpe durísimo para la administración de Cambiemos, teniendo en cuenta que durante la campaña que lo llevó a la presidencia anunció que el objetivo de su goberni era “pobreza cero”, y hasta aseguró que “si cuando finalice mi gestión no bajó la pobreza, habré fracasado”.
De los 13,6 millones de pobres urbanos, hay 161.500 nuevos indigentes, con un crecimiento de 0,4 puntos, y suman 2.470.000, ya que sus ingresos no alcanzan para cubrir el costo de una canasta básica de alimentos.
El mayor salto y la mayor pobreza e indigencia afecta a los menores de 17 años. Subió del 44 al 51,7 %: son 931.700 nuevos chicos pobres, totalizando 6.255.000 niños que viven en hogares pobres, de los cuales el 10,9 % (1.310.000) pertenecen a familias que no tienen ingresos para asegurar una alimentación básica.
Este récord de pobreza se produce en un año en el que se dispararon el dólar y la inflación, mientras cayó la actividad económica y se redujeron entre 15 y 20 puntos el poder adquisitivo de los salarios, las jubilaciones y las prestaciones sociales, además de una brutal caída en la ocupación laboral tanto formal como informal, sumado a que también se contrajeron los ingresos y la actividad de los cuentapropistas.
Agustin Salvia, director del Observatorio de la UCA, dijo que las perspectivas de mejorar estos númeoros en 2019 “son inciertas”, teniendo en cuenta que “únicamente podría reducirse de los altos niveles actuales si los salarios y las jubilaciones suben por encima de la inflación, crece el empleo y no hay un nuevo shock”.
En lo inmediato, Salvia estimó que este cuarto trimestre debería arrojar índices todavía más desfavorables. “Para que baje la pobreza es condición necesaria que crezca la economía pero no es suficiente para resolver la pobreza que tiene dimensiones estructurales”, sostuvo.