Macri, fuera de control y peleado con la realidad, cada vez más cerca de un “triste, solitario y final”

Por Eduardo D’Argenio.- “No me puedo hacer cargo”. Esas cinco palabras dichas durante la conferencia de prensa del lunes, bastaron para terminar de confirmar que el traje de presidente a Mauricio Macri no sólo le queda muy grande, sino que también revela su falta de aptitud a la hora de hacer frente, por primera vez, a una situación que lo desarticuló de tal manera, que no tiene respuesta para explicar la durísima derrota que sufrió su espacio en las PASO del domingo.

A su lado, un imperturbable Miguel Ángel Pichetto aclaraba (o, mejor dicho, intentaba hacerlo) que “el presidente está en control”. A ciencia cierta, nadie supo qué es lo que pretendía transmitir su compañero de fórmula. O sí, tal vez el senador rionegrino buscó llevar tranquilidad al recordar la advertencia que Macri lanzó allá por septiembre del año pasado, con aquello de “tengo que estar tranquilo, no volverme loco, porque si me vuelvo loco les puedo hacer mucho daño a todos ustedes”.

Claro, el problema aquí y ahora es que el presidente no está tranquilo. Es más, está alterado y furioso con la realidad, por lo que el fundado temor es que esas palabras bien podrían tomarse como premonitorias sobre lo que ocurre a partir de un escenario tan adverso que le dejó a sus aspiraciones reeleccionistas el contundente triunfo del Frente de Todos.

Hoy por hoy, Macri no ofrece garantías de poder hacer frente a esta nueva “tormenta” que le toca enfrentar, cuando se muestra más debilitado y desorientado que nunca. La respuesta de sus amados “mercados financieros”, que llevan la cotización del dólar a la estratósfera, sumado al récord del Riesgo País y una inflación que, gracias a la subida del billete verde, promete cifras que harían extrañar un 4 % mensual.

Y al no aceptar la realidad ni experimentar culpa –dicho sea de paso, signos que caracterizan a un psicópata de ley-, Macri parece estar embarcado en una aventura en la que no se vislumbra un final feliz. Al contrario.

Entre tantas versiones que empezaron a circular una vez que las urnas dieron un veredicto fatal para sus sueños de seguir en lo más alto del poder, apareció la posibilidad de que el Gobierno se disponga a un acto suicida: dejar correr al dólar, con la idea de generar una catástrofe de consecuencias imprevisibles, que pudiera servirle para crear pánico y, a pura extorsión, torcer lo irreversible del panorama electoral para octubre.

Ante ese escenario, como Nerón, Macri bien podría ser capaz de incendiar el país antes de abandonar la presidencia. Después de todo, quienes deberían hacer una autocrítica -teniendo en cuenta que son los culpables de todos los males que supimos conseguir, según la mirada de los impulsores del “cambio”-, son los kirchneristas.

Y mientras el “círculo rojo” lo abandona, los medios hegemónicos le dan la espalda, y sus aliados de ayer empezaron a bajarle el pulgar, el diario financiero ‘Financial Times’, uno de los más prestigiosos del mundo, por estas horas contribuyó a darle un empujoncito más al presidente.

“It is game over for Argentina’s President Mauricio Macri” (el juego se acabó para el presidente de Argentina Mauricio Macri) fue el mensaje de los analistas políticos y los inversores del diario británico, que lo describió como líder de un gobierno tambaleante, lo que deja a Alberto Fernández en la posición de “presidente electo” sin haber sido elegido formalmente.

Los próximos días resultarán claves para saber si, al menos en el final de su carrera, Macri elige por una cuestión de dignidad asumir el rol para el que fue elegido en 2015 y actuar en consecuencia, con responsabilidad y cordura o, si por el contrario, preferirá el “sálvese quien pueda”, aplicable para él, su familia y amigos.