Alarma en la Gobernación: Vidal puede caer a menos de 30 puntos en octubre

Los cálculos no le cierran a la gobernadora María Eugenia Vidal. Es que hace cuentas y, aunque nadie de su equipo lo admite en público,  cree que la campaña del “sálvese quien pueda” de los intendentes de Cambiemos, sumado al creciente malestar social por la crisis económicay el no repunte de Mauricio Macri, le restarán más votos de los que pensaba y teme no llegar a los 30 puntos en las elecciones generales del 27 de octubre.

En las PASO, su rival del Frente de Todos, Axel Kicillof, le sacó a Vidal casi 18 puntos. En los números finales, Kicillof se alzó con un total de 4.921.536 sufragios, mientras que la gobernadora cosechó 3.223.460 de votos, es decir 1.698.076 votos abajo. La diferencia del escrutinio provisorio -en el que por “error” se habían contabilizado los votos en blanco- se amplió así a 52,51% contra 34,61%: 17, 9 puntos.

Pero desde el 11 de agosto al día de hoy, varios factores negativos se fueron sumando que hacen pensar que Vidal puede obtener menos votos que en las primarias. El primero y fundamental es la situación económica: la inestabilidad cambiaria, la inflación, el paquete de medidas que no funcionó, el reperfilamiento de la deuda, que no hizo más que acrecentar el malhumor social.

El segundo factor es la “municipalización” de las campañas de los intendentes de Cambiemos que perdieron en agosto y tienen chances de repetir esa racha ahora. Sólo Jorge Macri (Vicente López), Gustavo Posse (San Isidro) y Jaime Méndez (San Miguel) ganaron y se pusieron a resguardo de la ola de votos en contra que pasó por encima al resto. Es así que Néstor Grindetti (Lanús), Nicolás Ducoté (Pilar), Martiniano Molina (Quilmes) y hasta su ex esposo, Ramiro Tagliaferro (Morón), entre otros, ya hacen campaña por la boleta corta y sin mencionar ni a Mauricio Macri ni a la gobernadora. A sabiendas de que la mandataria no tiene chances de revertir los 18 puntos, no se preocupan por militar su boleta, aun cuando consideren que el principal responsable de la derrota es Macri.

Las estrategias a las que están apelando los jefes comunales no tienen nada de nuevo y van desde publicitar su candidatura apelando a la cercanía con el vecino sin siquiera mencionar el nombre de Cambiemos, hasta viralizar videos “enseñando a cortar boleta” y pedir allí que voten al Frente de Todos para el resto de los cargos excepto el local. Se trata ni más ni menos que de un instinto de supervivencia.

El tercer factor es el desgaste propio de la figura de Vidal y de su gestión después de las PASO. La derrota dejó al descubierto que la gestión provincial no tenía tanta aceptación como pensaban en Cambiemos y que tampoco su imagen positiva era tan alta como se vendía. E incluso la propia Vidal lo pudo palpar en la campaña en soledad y de extremo bajo perfil que inició hace dos semanas. Bajo esta consigna de “escuchar” y anotar los reclamos de los que no la votaron, la gobernadora se chocó con una realidad más dura de lo que esperaba y comenzó a sufrir escraches en lugares impensados como el que sufrió esta semana en San Isidro cuando una vecina se acercó para “agradecerle” haberla “dejado sin trabajo” hace un año y “no conseguir nada”.