Fiel a su estilo, y tal como lo hizo en 2003 con Néstor, el diario La Nación ahora sale a apretar a Alberto

Por Alfredo Silletta. Como decía Carlos Marx en El 18 Brumario la “historia ocurre dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa”. Por estas horas vuelve a repetirse una historia del diario La Nación de “apretar” a presidentes peronistas antes asumir y el protagonista es el mismo José Claudio Escribano. En mayo de 2003, con un Néstor Kirchner ganador pero débil por el 22 por ciento, Escribano, subdirector del diario de los Mitre apretó en forma brutal al ex presidente que no tuvo empacho de denunciarlo públicamente. Hoy Escribano vuelve a “apretar” al futuro gobierno de Alberto Fernández.

Repasemos la historia. El 5 de mayo de 2003, Néstor Kirchner desayunada en la casa de Alberto Fernández con el subdirector del diario La Nación. En dicha reunión, Kirchner tuvo que soportar la primera arenga de los poderosos. Allí, Escribano le transmitió los cinco puntos que eran fundamentales para que su gobierno “no cayera en menos de un año”. En sí, el director de La Nación, dijo sutilmente que eran “las posiciones del Consejo de las Américas”. Los puntos eran: Alineamiento automático con Estados Unidos, encuentro con el embajador y los empresarios, condena a Cuba, reivindicación de la guerra sucia y medidas excepcionales de seguridad.

El periodista Horacio Verbitsky relató en Página 12 la respuesta de Kirchner: “Mi mayor preocupación es que me acompañen los argentinos, por eso no empiezo por los empresarios ni por el embajador de ningún país. Tampoco pienso en un alineamiento automático con Estados Unidos ni en buscar que me aprueben como precondición para gobernar mi país. Ocurre que usted y yo tenemos visiones distintas del país. Como es difícil que podamos ponernos de acuerdo, sería importante tratarnos con respeto. Allí terminó la reunión.

Escribano estaba muy molesto. No comprendía cómo  “un don nadie” le respondía así a los dueños del país. El jueves 15, horas después que Menem se bajara del ballotage, el director de La Nación decidió hacer público el apriete a Kirchner, bajo un extenso artículo que título  “Treinta y seis horas de un carnaval decadente”.  En la nota, Escribano relata que el Consejo para las Américas estaba reunido en Washington cuando se hacían los últimos cómputos provisionales de las elecciones. Además puntualiza dos conclusiones a las que “esos hombres” llegaron: “Kirchner sería el próximo presidente y los argentinos habían resuelto darse un gobierno por un año”. Escribano explicó además que el propio Kirchner conoce esa información “desde el lunes 5” pero no dice en la nota que él se la transmitió.

Un día después, Néstor Kirchner y Cristina Fernández compartieron un almuerzo televisivo con Mirtha Legrand. Kirchner, a  lo largo de hora y media de programa, comenzó a denunciar intereses económicos que buscan generar una imagen suya como presidente débil y acusó a sectores financieros de operar contra él. “No me molesta que me critique Escribano porque él tiene una visión de país y yo tengo otra”, dijo. El presidente agregó que no compartía partes de los conceptos del artículo del subdirector de La Nación aunque calificó su relación con el periodista como de “disenso absolutamente civilizado”.

Por estas horas, el mismo Claudio Escribano publicó un artículo desde Bogota, donde participa del Foro Iberoamérica y se encargó de recordarle varios temas al presidente electo. En primer lugar le recuerda que el 40 por ciento del electorado voto por valores y a favor de la decencia. “Unos 10 millones de votantes antepusieron los valores de la decencia, la libertad, la independencia de poderes y un orden mínimo para la seguridad física y la convivencia ordinaria a las angustias y la bronca, tan comprensibles cuando la economía se desliza barranca abajo”, dice Escribano. Claro mensaje que ellos son los decentes, los que aman la libertad y la República, los demás son la “chusma”.

Después se pregunta con que “autoridad moral” los chilenos protestan contra Piñera cuando solo voto el 50 % de los empadronados. “El ciudadano desertor tiene derecho o no a la protesta, sobre todo cuando le infunde violencia inaudita”, dice Escribano. Casi pidiendo el voto calificado.

Rápidamente vuelve a la Argentina y dice que el mundo mira hacia la Argentina y se pregunta si el nuevo gobierno tomará “medidas eficientes, y no divagación ideológica”. le recuerda que hay que aumentar los servicios para que funcionen. Se ve que el 3.000% de los aumentos de Macri y la dolarización de las tarifas no le alcanzan a Escribano.

Finalmente, el hombre de La Nación, en un tono sobrador le dice a Fernández que él “lo banca” a Bugs Bunny y al Pato Donald. Como decía Carlos Marx, a veces la historia se repite como farsa, pero siempre es bueno estar prevenido frente a  la derecha recalcitrante que no duda en voltear gobierno populares en nuestra sufrida América Latina.