A Patricia Bullrich no le quedó otra alternativa más que salir a “aclarar” públicamente que su vuelo a Córdoba con dos colaboradores suyos, con pasajes gratuitos entregados por una senadora macrista, se debió, en realidad, a “una confusión administrativa”, al tiempo que anunció que devolverá el dinero.
De esta manera, quedó evidenciada una vez más, con toda crudeza, la hipocresía y la doble vara que caracteriza a quienes permanentemente se llenan la boca hablando de ética y levantan la bandera de la República y la honestidad.
Lo grave del caso es que la ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri viajó con destino a Córdoba para participar de la marcha de los odiadores y anticuarentena del último domingo, con pasajes de la senadora de Juntos por el Cambio Laura Rodríguez Machado. Los tickets fueron emitidos por el Senado, y la legisladora se los “donó” a Bullrich para ir a protestar contra el Gobierno.
Desde la Cámara alta explicaron que “tradicionalmente los senadores distribuyen sus pasajes entre personas de bajos recursos de sus provincias para que puedan venir a realizarse un tratamiento en Buenos Aires o porque necesitan realizarse una operación que por su complejidad no se puede llevar a cabo en su pueblo o ciudad”.
No fue precisamente el caso de Bullrich, y “pocas veces” se usa para este tipo de situaciones. Por eso se ganó muchas críticas y éticamente fue claramente reprochable. Lo llamativo del caso es que la titular del PRO no es legisladora ni ocupa en la actualidad ningún cargo electivo.
En diciembre del 2019, los propios senadores de Juntos por el Cambio presentaron un proyecto para congelar los viáticos de todos los legisladores, con el argumento de que “la clase política debe hacer el ajuste”.
Por su parte, Rodríguez Machado admitió que Bullrich usó un vuelo oficial del Senado, pero negó que se trate de un delito y aseguró que, para evitar cualquier tipo de operación política, la ex ministra devolverá el dinero.
“Los senadores tenemos 10 pasajes innominados al mes para personas que no revisten cargos, pero que, por razones políticas, tengan que trasladarse por Argentina”, explicó la legisladora cordobesa. De todos modos, subrayó que Bullrich “devolverá el monto” para evitar que se genere “cualquier tipo de sospecha”.
Además de darle pasajes a Bullrich, también fueron beneficiados por el “regalo” de la senadora -que en realidad, como siempre dicen ellos, pagamos todos- el jefe de prensa de la presidenta del PRO: Leonardo Neumann. Y otro al que le obsequiaron tickets hacia Córdoba fue Sergio Koltan, uno de los más activos administradores de las redes de trolls macristas en la época que Cristina Kirchner era presidenta, organizador de los cacerolazos de 2012 contra ese Gobierno y ya con el triunfo de Cambiemos, actuó en el Ministerio de Seguridad como “asesor en Imágenes y Videos”. Fue contratado el 12 de diciembre de 2015, dos días después de la asunción de Macri como mandatario.
Anoche, la Bullrich en declaraciones a LN+, no tuvo otra opción que reconocer que usó pasajes para trasladarse a una marcha partidaria del llamado #8N, y aseguró que su equipo “no tenía información” sobre los pasajes.
Más allá de defenderse en varias ocasiones con que no hicieron nada ilegal, dio marcha atrás: “Considero que es dinero del pueblo y, en consecuencia, lo voy a devolver”, dijo.
El domingo, luego de convocar por redes a manifestarse en el Obelisco, la ex ministra de Seguridad viajó a Córdoba, una de las provincias más hostiles con el Gobierno, para participar desde allí de la marcha opositora. Megáfono en mano, se preocupó por sacarse fotos rodeada de gente, pero apenas el fotógrafo se alejaba unos metros aparecía lo escaso de la convocatoria. “Estoy muy emocionada con todo el apoyo de la gente. Siempre estuve en todas las marchas en el Obelisco, pero estar acá en Córdoba es emocionante”, expresaba Bullrich ante la prensa local durante la manifestación. En ese momento, obviamente, no hizo mención a su viaje gratuito.
Mientras todo indica que con el correr de las horas este gravísimo episodio se irá diluyendo gracias al ninguneo de los grandes medios, desde esos mismos espacios que se muestran como inmaculados y éticos a más no poder, todavía recuerdan lo ocurrido hace una década atrás, cuando la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini organizó “juicio ético y popular” contra los “periodistas y grupos de comunicación que fueron cómplices de la dictadura”.
Y se llegó al extremo de que tiempo después, dos de los comunicadores denunciados, Joaquín Morales Solá y Magdalena Ruiz Guiñazú, expusieron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Washington, sobre la situación de la libertad de expresión en la Argentina, la que, consideraron, “está siendo cercenada”, basando su acusación en aquella iniciativa de las Madres.
Sin embargo, y demostrando su altísimo nivel de hipocresía, hoy esas voces hacen un sugestivo silencio ante el viaje “gratis” de Bullrich, en algo que debería ser un verdadero escándalo institucional.
Voy a devolver el dinero del pasaje a Córdoba, devolverle la plata al Senado, porque es dinero de la gente. Un procedimiento legal pero que riñe con mi ética y la de la senadora. Una confusión administrativa que subsanamos. pic.twitter.com/JEWnLK3zvr
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) November 11, 2020