La cantante argentina Luciana Morelli se mudó a Suiza en el año 2019 para estudiar una maestría en jazz en la Academia de música de Basel, luego llegó el 2020, año de pandemia. Alli grabó junto a músicos de varios países “Lo abismal, el agua”, que saldrá por Ears&eyes Records en mayo. Paralelamente desde La Plata, el pianista Pepe Angelillo sacó su segundo disco de solo piano “Improvisaciones”, en la búsqueda de un lenguaje más interno, en base a su experiencia musical con Agustí Fernández.
En Lo abismal, el agua, Luciana está acompañada por Philipp Hillebrand en clarinete/clarinete bajo, Mauricio Silva Orendain en piano, Sebastián de Urquiza en contrabajo y Paulo Almeida en batería. Argentinos, suizos, mexicanos y brasileños, todos en un país lejano haciendo una música muy nuestra. Hermosa voz y bellas composiciones. La cantante nos dice: “Estas canciones fueron escritas en el cruce, en un punto de no retorno, en una marea de cambios, en la búsqueda de lo inesperado, entre la incertidumbre y la euforia, en un proceso que me llevó a emigrar de Argentina a Suiza (aún sin saberlo) y del que continúo aprendiendo. Cada canción es, de alguna manera, un episodio de esta historia y un llamado a ser como el agua para que, con resiliencia y mucho amor, sepamos confrontarnos con lo abismal de estos tiempos”.
Pepe es un gran músico, reside en La Plata y en este año de pandemia decidió reencontrarse en un viaje interior con la soledad de su piano. “Improvisaciones es la búsqueda unívoca de un lenguaje inacabado influido por grandes maestros donde lo que está por ocurrir es la dialéctica del sonido hacia una perspectiva única e irrepetible”, dice Pepe. Luego recuerda que parte de ese proceso comenzó con los trabajos realizados juntos a Agustí Fernández en Barcelona.
En el jazz los músicos nunca le escapan a la improvisación y cada tanto nos dejan sus viajes al interior de su propia esencia.