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La Plata
21 noviembre, 2024
PAÍS

Coronavirus: el macrismo busca que Argentina siga el camino de Brasil

Por Eduardo D’Argenio.- De manera irresponsable y con un nivel de hipocresía y cinismo que supera sus propios límites, en el día con más contagios desde que se inició la pandemia de coronavirus (más de 20 mil casos), la mesa nacional de Juntos por el Cambio no tuvo mejor idea que salir a atacar la posibilidad de que se apliquen lógicas restricciones para frenar el avance de la enfermedad, demostrando una vez más la carencia absoluta de empatía en medio del drama que se vive.

En realidad, era de imaginarse: como no podría ser de otra manera, la alianza opositora salió con los tapones de punta contra el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que restringirá la circulación nocturna y limitará los encuentros sociales, como consecuencia del incesante aumento de los casos de coronavirus en todo el país.

Teniendo en cuenta que los infaltables referentes opositores van a atacar todas y cada una de las decisiones que adopte el Gobierno nacional –inclusive esta medida que va direccionada a intentar frenar la masividad de contagios del Covid-, lo más lógico era que también salieran a cuestionar duramente estas medidas.

En la declaración, donde estamparon su firma desde Mauricio Macri y Patricia Bullrich, pasando por Horacio Rodríguez Larreta, Alfredo Cornejo, María Eugenia Vidal y Martín Losteau, tuvieron el tupé de salir a rechazar cualquier medida que tienda a contener y reducir la segunda ola de contagios.

Desvergonzadamente, y con un elevado nivel de especulación política, la conducción macrista aseguró que les parece preocupante la posibilidad de “insistir con restricciones excesivas y mal calibradas”.

Y Bullrich fue más allá, cuando desde su cuenta de Twitter escribió que “consideramos que volver a dejar a los ciudadanos sin educación, sin trabajo y sin libertad no soluciona el fracaso del plan vacunatorio. Ya probamos la cuarentena eterna”.

Si hay algo que viene generando el tema de la vacunación y el crecimiento de los casos, tal como ocurre en todo el mundo, fue exteriorizar con toda crudeza el alto grado de cinismo e hipocresía que se refleja en cómo se exacerbó hasta los límites imaginables de mínima tolerancia el despiadado bombardeo de los medios hegemónicos y de una oposición que, representada por el macrismo, está claro que busca el fracaso de la política sanitaria del Gobierno. O, dicho en otras palabras, apunta a que Argentina siga los pasos de Brasil.

En este contexto, la irresponsabilidad y mala fe de los Leuco, Majul, Lanata, Morales Solá y compañía están a la orden del día, y se refriegan las manos junto al coro de voces que, como Bullrich, Carrió, Zuvic, Ocaña, Rubinstein o Fernando Iglesias, aparecen como los abanderados de la pureza, la ética y, por supuesto, el republicanismo, a pesar de haber mirado hacia otro lado cuando formaban parte de un gobierno que, entre otras cosas, dejó vencer millones de vacunas.

Cada día está más claro de qué manera el establishment económico, mediático y judicial insisten con llevar adelante esta guerra para desgastar la gestión: ya sea a través de la desinformación o bien, como lo hicieron con las marchas / movilizaciones / banderazos alentadas desde el macrismo, y protagonizadas por los archiconocidos odiadores de siempre.

Así, todo motivo les sirve a sus espurios intereses, donde el instrumento elegido para seguir con esta escalada, no tiene otro fin más que erosionar al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

En realidad, nadie debería sorprenderse ante los movimientos de esa fuerza enemiga de una administración a la que le toca tomar las riendas en un momento que nadie hubiera deseado, con una pandemia que no se detiene en todo el mundo, y ahí están, bombardeando las 24 horas.

Y está demostrado que no importa si para lograr sus objetivos hay que recurrir a la difusión de las llamadas ‘fake news’, o resaltar hasta el hartazgo los testimonios de auténticos 4 de copas que perforan cualquier tipo de pensamiento más o menos racional o sensato.

Tal vez, en las palabras del legislador porteño Leandro Santoro se sintetice a la perfección el objetivo del macrismo: “Buscan sacarle ventaja al legítimo mal humor social jugando a la ruleta rusa con la sanidad pública”.

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