Ante el “huracán Cristina”, la contracara es la reaparición de Macri y del prófugo “Pepín” Rodríguez Simón

Si algo faltaba para mostrar el desconcierto, la desesperación y el odio que invade a la oposición ante el protagonismo de una Cristina Kirchner que, a partir de la burda operación judicial que la tiene como principal apuntada ocupa el centro de la escena política, fue la aparición simultánea de Mauricio Macri y su principal operador judicial en las sombras, el prófugo Fabián “Pepín” Rodríguez Simón.

Insólitamente -y por si hacía falta-, el ex presidente salió a aclarar que la causa de Vialidad Nacional “es un ejemplo maravilloso de lo distintos que somos con Cristina”. Al respecto, reclamó que “ella explique lo que tiene que explicar, que son las acusaciones del fiscal Luciani. Que deje de mezclar y manosear gente”, y que su amigo de toda la vida, el empresario Nicolás Caputo “estuvo lejos de hacer todo lo que ella dice”, pero sin aportar ninguna precisión para desmentirlo.

Destacó además el rol de Luciani, al decir que “es una persona independiente” que “se tomó el trabajo de juntar pruebas, como lo hicieron sus ministros Guillermo Dietrich y Javier Iguacel en Vialidad, y ahora hay que verlas”.

Y volvió a cargar contra CFK: “La decisión de lo que llegue a pasar en la causa va a estar dictaminada por los jueces. Y aun así, esta mujer se salteó todo eso como si ya le hubiesen dado la condena”.

De visita en Córdoba, Macri aprovechó además para descalificar -y chicanear- a los manifestantes que salieron a las calles de esa provincia en apoyo a la vicepresidenta: “Es difícil calcular con una cámara cuánta gente había. Yo desafío que la enorme mayoría eran empleados públicos en algún lugar, o que tienen algún tipo de relación con el aparato que ellos tienen”.

Según el ex mandatario, “la única manera en la que vamos a ganar la elección es al decirle la verdad a la gente. Que no haya corrupción es un punto esencial pero no es la respuesta a todo. Lo que ya hicimos desde JxC lo vamos a volver a hacer, pero bien. La gente humilde necesita un gobierno que le devuelva la paz, que se haga cargo”.

Y reflejando su cinismo y miserabilidad, ante la posibilidad de un cambio de gobierno en 2023, Macri advirtió que “más allá de lo que pase, ellos van a seguir conservando un 20 % de la población a su favor. Las personas que creen en todo lo que dicen desde el kirchnerismo es porque de una manera u otra fueron beneficiados”.

Y como si fuera poco, el ex presidente se refirió a las acusaciones de referentes oficialistas, sobre el prófugo Rodríguez Simón fue su operador judicial y no un asesor: “Si un operador judicial es alguien que va a pagarle a jueces y sobornarlos, yo nunca tuve uno de esos”, dijo sin ponerse colorado.

En cuanto a “Pepín”, escondido cobardemente en Uruguay desde hace 626 días para esquivar a la justicia argentina, reapareció tras varios meses en silencio, y se llamó a sí mismo “perseguido político”.

Con respecto a su salida al vecino país, explicó: “El tema del derecho humanitario al refugio, es la protección internacional de los derechos humanos es un derecho, no una obligación. A mí se me imputa por haber participado en que los operadores del juego de la Ciudad, Cristóbal López y Federico De Achaval, vinculados a Cristina, pagaran los ingresos brutos que debían de 2003”.

Por otro lado, remarcó que solo se le imputa por ese “único delito” que “es una actividad política lícita participar en la regularización tributaria” durante su papel como asesor del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

“Yo tengo el derecho, si considero que esta imputación es política y el único objetivo que tiene es privarme de mi libertad en forma irregular y poniendo en peligro mi seguridad personal, de pedir la protección internacional que es lo que hice. Sobre todo, porque yo estaba aquí en Uruguay cuando fui citado a indagatoria”, mintió.

Además, negó estar prófugo y sostuvo que está utilizando “un recurso al que puede acceder cualquier perseguido político”.

Y el argumento más insólito llegó cuando dijo: “La protección internacional que yo estoy pidiendo es la misma que puede pedir cualquier perseguido político. Que Cristina Kirchner no lo haya ejercido, son diferencias personales. Quizás, ella no se sienta perseguida. Tal vez tenga conciencia de que algo de las cosas que se le imputan le son cercanas o que tenga puente con otro tipo de protección y se sienta más cómoda”, lanzó.