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La Plata
24 abril, 2024
PAÍS

Se cae la teoría del “loquito suelto”: el atacante de Cristina, su novia y la pertenencia a un grupo que habría armado el atentado

A medida que avanza la investigación en torno al intento de magnicidio contra Cristina Kirlchner, se va desvaneciendo la teoría que prevaleció durante los días siguientes al ataque, en cuanto a que Fernando Sabag Montiel, el hombre de 35 años que apuntó con su pistola a la vicepresidenta, era un “loquito suelto” o un “lobo solitario”, como una manera de minimizar la gravedad del dramático episodio.

En las últimas horas se conocieron fotos del principal acusado, y de su pareja, Brenda Uliarte, posando con el arma que se utilizó durante el atentado en el barrio porteño de Recoleta. La mujer tiene como defensor a Gustavo Kollmann, el mismo abogado que asiste al chofer Oscar Centeno, protagonista de la causa “fotocopias de los cuadernos”.

Fuentes judiciales indicaron que, si bien no creen que un grupo con ramificaciones externas esté detrás del atentado, sí piensan que puede haber más gente detrás del ataque.

Las imágenes que se filtraron habrían sido extraídas del teléfono de Sabag Montiel y fueron tomadas meses atrás. Es parte de la información que se salvó del reseteo de fábrica porque estaba alojada en la tarjeta de memoria.

Con el correr de los días, en el juzgado fue ganando terreno la hipótesis de que Sabag Montiel no había actuado solo. Tras la detención de su novia en la estación Palermo del ferrocarril San Martín, se confirmó la hipótesis: se constató la mentira de la mujer, quien había afirmado que no veía a su novio desde 48 horas antes de que Sabag Montiel gatillara contra CFK.

En ese sentido, Brenda Uliarte habría cumplido un rol clave en lo que para los investigadores se trata de una “plan armado con antelación” y que tenía como finalidad “el ataque a la vicepresidenta”.

No sólo se trata de esas y otras imágenes, sino también del rastreo de cámaras de seguridad y filmaciones en las inmediaciones de la casa de Cristina Kirchner, los días previos al ataque, en las que se habría detectado a la pareja. Este último material está bajo análisis y los podría complicar aún más de cara a las acusaciones penales bajo la premisa de que habrían realizado tareas de inteligencia, por lo que las nuevas pruebas fortalecen ahora la tesis del plan premeditado de ataque a la vice.

Entre las fotografías encontradas tras una pericia realizada sobre la tarjeta SIM, hay tres en las que se exhiben a Uliarte posando con la pistola en la cintura. El dato es importante, ya que la joven en sus apariciones había dicho que no sabía que Sabag Montiel tenía un arma y que desconocía que hubiera balas en ese domicilio.

Además, la mujer había dicho que no veía hace dos días a Montiel. Mintió. Las imágenes que analizó el juzgado la ubican afuera del departamento de la vicepresidenta cuando su pareja la atacó. Asimismo, sostuvo públicamente que no sabía del arma ni de las municiones. Sin embargo, en una fotografía de mayo de este año, aparece posando con el arma Bersa calibre 32.

El registro de las cámaras de la Ciudad los mostraron juntos esa mañana, llegando a Constitución en una formación del tren Roca. Realizaron después diversas combinaciones de transporte público hasta llegar, juntos, a Uruguay y Juncal. Para los investigadores “todo estuvo planeado y hace tiempo”.

Por ahora, para los investigadores el grupo que está en el foco de su atención por el intento de asesinato de CFK no constituye una gran organización, sino un grupo marginal, con una ideología que mezcla todo tipo de ingredientes: antikirchnerismo, antiperonismo, racismo, neonazismo. Se trata de un grupo de odiadores, menor y en apariencia con poca logística, pero no por eso menos peligroso.

Además, se rastrean sus vinculaciones con organizaciones radicalizadas, de ultraderecha, como Revolución Federal, que protagonizó en los últimos meses algunos de los escraches y manifestaciones más agresivas contra funcionarios, con advertencias del tipo “no van a poder caminar tranquilos”, “Cristina presa ya”, “no más kirchnerismo”, y que convocó una marcha con antorchas a la puerta de la Casa Rosada, bajo la consigna “Van a correr todos”.

Al grito de “váyanse a Cuba” o “no van a poder caminar tranquilos”, un grupo de personas persiguió y hostigó en los últimos días al ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, así como también al diputado de Juntos por el Cambio Rodrigo De Loredo.

Los escraches fueron grabados y luego viralizados a través de las redes por este grupo que no tiene más de cuatro meses de vida, pero que ya ha protagonizado varias convocatorias –todas siempre exiguas– frente a la Quinta de Olivos o a Casa Rosada con antorchas, con el único motor que los mueve: el odio al kirchnerismo.

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