Pese al cúmulo de pruebas en su contra, Larreta por ahora prefiere mantener en el cargo a D’Alessandro

A pesar de que la situación le acarrea un inevitable desgaste político a su gestión, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, determinó que por ahora no le pedirá la renuncia a su ministro de Justicia y Seguridad, Marcelo D’Alessandro.

Pudo saberse que esta mañana Larreta mantuvo una extensa charla por teléfono con el funcionario, y lo habilitó a que dé explicaciones públicas sobre el tema. Con ese objetivo, el ministro tiene agendadas entrevistas en canales de televisión para las próximas horas.

Cerca del alcalde porteño coinciden en que “sería muy riesgoso tirar a un ministro por la ventana por una operación nefasta de inteligencia en el inicio de un año electoral; D’Alessandro dice que tiene pruebas para demostrar que los chats son falsos y nosotros le vamos a dar la posibilidad de que se defienda”.

Rodríguez Larreta encabezó esta mañana en forma virtual desde Villa la Angostura una reunión para analizar la nueva filtración de chats del ministro de D’Alessandro.

Entre los funcionarios que fueron convocados al encuentro estuvieron Felipe Miguel -jefe de Gabinete- y los secretarios e integrantes de la mesa de decisiones de Rodríguez Larreta, Fernando Straface y Federico Di Benedetto. También se conectaron al zoom Silvia Lospennato -recientemente incorporada al equipo-, Diego Santilli y Christian Coelho.

D’Alessandro no participó de la reunión, ya que prefirió trabajar en su defensa junto a su equipo. El funcionario, que quedó en el ojo de la tormenta por segunda vez en menos de un mes, aseguró en declaraciones al canal de noticias TN que es víctima de una operación de inteligencia y que los diálogos que se habrían filtrado de su teléfono celular son falsos. Además, analiza presentar denuncias penales contra los dirigentes kirchneristas que lo acusaron.

En las filtraciones conocidas ayer, se registran conversaciones con distintas personas, entre ellas con Silvio Robles, vocero del presidente de la Corte, Horacio Rossati; con Silvia Majdalani, ex número dos de la AFI, y con Marcelo Violante, titular de Dakota, empresa de acarreo de automotores contratada por la Ciudad de Buenos Aires.

En cuanto al contenido de los nuevos chats que D’Alessandro mantiene con Robles, y que datan de noviembre pasado, el vocero de Rosatti le da argumentos para el conflicto que Juntos por el Cambio mantiene con el Frente de Todos sobre la integración del Consejo de la Magistratura.

Además, el vocero de Rosatti y D’Alessandro hacen referencia al “fallo Robles”. Así habrían bautizado los interlocutores al fallo de la Corte que se conocería más tarde -el pasado 21 de diciembre- y que terminaría inclinando la balanza a favor de la ciudad de Buenos Aires en la disputa con la Casa Rosada por la coparticipación.

A pesar de la contundencia de las pruebas, D’Alessandro presentó hoy una denuncia penal en los tribunales federales de Comodoro Py contra el diputado nacional del Frente de Todos Rodolfo Tailhade, por haber difundido un sitio web que incluía imágenes de las conversaciones que supuestamente mantuvo con empresarios y con Silvio Robles.

El ministro porteño sostiene que los chats filtrados “son falsos”, y planteó en la Justicia que Tailhade puede estar relacionado con el hackeo que él denunció haber sufrido en su celular, así como también con la posterior difusión ilegal del contenido.

D’Alessandro atraviesa una tormenta política desde que se conoció que viajó a Lago Escondido con jueces federales, directivos del Grupo Clarín y con el fiscal general de la Ciudad, Juan Bautista Mahiques.

Por eso mismo, en el gobierno porteño buscan una salida decorosa para que el ministro no siga desgastando a Larreta, por lo que no descartan que podría dar un paso al costado de manera voluntaria para librar al jefe de Gobierno del lastre que le genera el escándalo de los chats.

Cerca de Larreta coinciden en que lo único que podría destrabar la situación de una manera decorosa es que el propio D´Alessandro decida presentar la renunca. “Puede decir que es todo falso, pero que igual necesita defenderse y eso le va a sacar tiempo de sus tareas como ministro”, explican.