El deterioro del poder adquisitivo de los salarios desde que asumió la presidencia Javier Milei, no se detiene: en febrero pasado, los salarios formales registraron su cuarto mes consecutivo de retroceso frente a la inflación. Subieron un 11,5% respecto a enero, por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del 13,2% divulgado por el INDEC.
Y en este panorama surge que la caída cuatrimestral es, realmente, alarmante, ya que las remuneraciones acumulan una caída del 19,2% contra noviembre, y del 24,7% contra febrero a nivel interanual. Se trata de una de las peores caídas del poder adquisitivo en la historia.
Según el director de Planificación Productiva de la fundación Fundar, Daniel Schteingart, la caída del salario real en lo que va de 2024 está entre las cinco más grandes de la historia argentina de los últimos 90 años. El desplome solo se compara junto con las registradas en 1976, 1959, 1989 y 2002.
La Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), que expresa el salario promedio contemplado en los aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), acumula una caída del 23,9% desde noviembre. Se trata de la baja cuatrimestral más profunda, en términos reales, desde que se elabora el índice, en 1994.
El salario promedio en febrero fue de $ 619.007,05, un valor que, al igual que en enero, se ubicó por debajo de la Canasta Básica Total, que mide la línea de pobreza. Cabe remarcar que el INDEC informó que una pareja con dos hijos pequeños requirió $ 690.901,57 para satisfacer sus necesidades esenciales, sin incluir el alquiler.
Para tomar dimensión sobre esta caída brutal, en pesos constantes, la remuneración promedio está cerca de alcanzar el umbral crítico registrado entre 2001 y 2002, aunque todavía no lo superó. Sin embargo, si la tendencia a la baja de los últimos meses persiste, debido a las políticas económicas del gobierno de Javier Milei, ese límite podría ser superado pronto, lo que contrasta con la recuperación en forma de ‘V’ que promueven desde la gestión de La Libertad Avanza.
Ante la situación, el ex ministro de Educación y director ejecutivo del CCD, Nicolás Trotta, dijo que “estamos viendo que a través de una licuación deliberada del poder adquisitivo de los salarios se materializa lo que constituye el objetivo central de la política del gobierno: producir un ajuste económico que ahorre divisas de la peor manera y disciplina a los trabajadores con el consecuente aumento de la pobreza y el desempleo. Un gobierno que irónicamente dice apoyar paritarias libres, pero no las homologa y acusa de abusivas prácticas de precios, como las prepagas, que él mismo promueve”.