La burda maniobra de haber frenado el recuento de votos en la provincia de Buenos Aires, podría generar un efecto ‘boomerang’ para el gobierno y, en consecuencia, provocar el resultado contrario y así agigantar la figura de Cristina Kirchner.
Es que si, como ya se convirtió en certeza, en unos diez días el escrutinio definitivo la confirma como ganadora, la ex presidenta aprovechará ese hecho para capitalizarlo a su favor y arrancar ya la campaña con vistas a la legislativas de octubre.
Así, Cristina contará con el impulso real y sicológico que significará haberle dado la razón a las denuncias de Unidad Ciudadana contra la manipulación de las cifras, que tenía como único objetivo mostrar como triunfador a Cambiemos en territorio bonaerense.
Además, está claro que desde el gobierno no se alcanzó a dimensionar el escándalo que esa maniobra produciría, ya que como esquirlas de una granada sus efectos se esparcieron tanto a nivel nacional como en el exterior del país.
Así, y de manera no buscada, para encarar el primer tramo de su campaña, Cristina se verá favorecida por esa repercusión que, incluso, hasta se tradujo en el hashtag #CuentenLosVotos.
Gracias a ese envión, y así triunfe por un punto por sobre Esteban Bullrich, cerca de la ex presidenta anticipan que la idea es mostrarla como el “voto útil” para oponerse a la gestión macrista, profundizando su eje en cuanto a reflejar de qué forma la actual política afecta a los argentinos de a pie sacándoles cada vez más derechos y conquistas.
Además, otro punto a favor con que contará la candidata a senadora, serán los malos desempeños de Sergio Massa y Florencio Randazzo, con la esperanza de que algún porcentaje de quienes los votaron se traslade hacia la lista Unidad Ciudadana en dos meses.