Con las mismas estrategias que el gurú Jaime Durán Barba, el presidente Mauricio Macri encabezó ayer una reunión de gabinete ampliado en el Centro Cultural Kirchner (CCK) que usó para bajar línea sobre el caso de Santiago Maldonado y también para pedirle a ministros, secretarios y directores generales y a la estrella de la campaña bonaerense, la gobernadora María Eugenia Vidal, “mantener la humildad” y “no relajarse” para ganar en las elecciones de octubre.
Macri admitió que “hay un clima diferente” para el Gobierno en este tramo de la campaña debido al resultado de las internas del 13 de agosto.”Hemos recibido una palmada grande en las PASO”, dijo ya que pensaban perder por un margen mucho más amplio pero agregó: “Un elemento esencial de todo lo que hemos hecho es la humildad”.
El pedido de humildad de Macri a su equipo no fue aislado. Es uno de los puntos sobre los que sus principales dirigentes vienen insistiendo en los últimos días. La traducción es que, como perdieron por 20 mil votos frente a Unidad Ciudadana, no hay margen para relajarse especialmente en la provincia de Buenos Aires.
Ese discurso ya había sido bajado el viernes pasado, en el Encuentro Nacional de Cambiemos en Parque Norte donde hablaron el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y hasta se repartieron nuevo manuales a todos los candidatos y militantes del país con máximas de Durán Barba. La cita más destacada del ecuatoriano en esa biblia macrista: “La grandeza es hija de la humildad, no de las acciones. Tenemos que aprender a ser humildes para poder ser cada vez más grandes. Llevemos este mensaje grande, esperanzador, de futuro y de incorporación de todos a este equipo en el que los dirigentes son parte de una gran maquinaria construida por el pueblo”.
Su discurso, como es habitual, no superó los veinte minutos. Se refirió también a la transparencia y a “hablarle a la gente con la verdad” y ahí se refirió a Santiago Maldonado. “Si nos mentimos no tenemos futuro”, remarcó y aunque en el gobierno insisten en que no los afecta electoralmente habló del caso: reforzó la línea argumental del Gobierno frente al caso Maldonado para defenestrar a quienes aporten información al juez que conduzca a sostener la carátula de “desaparición forzada” que tiene la causa que instruyen el juez federal de Esquel, Guido Otranto, y la fiscal federal Silvina Ávila.
Casi como si fuera un acto de campaña y necesitara convencer a sus funcionarios, Macri apuntó al valor central de “saber la verdad” y sostuvo que el ejemplo más claro de un engaño es “mentirle a un juez” y apuntó así a los testigos mapuches, Matías Santana y Soraya Maidana, con la misma virulencia con que la semana pasada apuntó contra el legislador porteño Gustavo Vera, que entregó a la Justicia un presunto informe de inteligencia de la Policía Federal que fue incluido en el expediente por la Procuración contra la Violencia Institucional (PROCUVIN).
Por último, Macri bajó línea sobre la gestión que se viene: habló en contra de “industria de los juicios laborales” tal vez para recordarle a Vidal que no logra destrabar la adhesión a la nueva ley de ART en el Senado bonaerense y condenó las tomas de colegios secundarios en rechazo de la reforma Secundarias del futuro en un llamado de atención a Larreta. “La posición de los estudiantes es irracional”, aseguró el Presidente.
Macri visitó a una bruja para que le cuente que pasó con Maldonado