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26 abril, 2024
PAÍS

Macri avanza hacia un régimen totalitario

Por Alfredo Silletta. El término totalitarismo tomó popularidad en los años cincuenta para referirse a los fenómenos políticos donde un gobierno controlaba la vida de sus ciudadanos; fenómeno que no siempre se daba en dictaduras o gobiernos dictatoriales. Sus características centrales son una ideología oficial, una estructura fuerte gubernamental, con un control total sobre las fuerzas de seguridad, la justicia y los medios de comunicación.

La definición de grupos totalitarios también se empezó a usar en la década del ochenta sobre algunos grupos religiosos con características sectarias, donde el líder tenía el control de sus adeptos. En dichos grupos no aceptaban nada que salga de una forma de entender el mundo, donde siempre tenían la verdad y los que pensaban diferente eran los enemigos.

Los grupos totalitarios utilizan la coerción y la manipulación psicológica para someter a sus miembros. La coerción utiliza medios de presión, fuerza y dominación para modelar las conductas. La manipulación añade un componente de engaño u ocultación, de distracción de los objetivos que persigue la manipulación.

En menos de dos años, el gobierno de Mauricio Macri avanza hacia el control total de la República.  El presidente fue claro y concreto: “Vamos por la mafia de los sindicatos, de las universidades y el periodismo”. En síntesis, van por todo lo que no coincida con su pensamiento.  Ya avisaron que luego del “Pata” Medina irán por Víctor Santa María, por Roberto Baradel y por la familia Moyano y todo aquel sindicalista que se oponga a la reforma laboral que se viene después de octubre.

El ataque hacia el dirigente de los porteros es por ser el dueño de Página 12, el medio donde escribe Horacio Verbitsky, el periodista que Macri llama “lacra” por haber denunciado el blanqueo millonario de su hermano. La denuncia contra Santa María por operaciones sospechosas fue organizada por la Unidad de Información Financiera (UIF) que opera para el presidente y enviaron la denuncia al juez Claudio Bonadío. El dirigente sindical ya afirmó que no tiene cuentas en el exterior.  El gobierno busca quedarse con Página 12 y la radio AM 750 donde Víctor Hugo Morales conduce todas las mañanas su programa.

El otro dirigente sindical en la mira es Roberto Baradel, el titular de Suteba, que este año no se arrodilló ante Vidal y terminó ganando la pulseada. El presidente y la gobernadora saben que el aumento que planifican el próximo año en paritarias será de un 9%, con lo cual es muy difícil que se inicien las clases, de allí que van por la cabeza de Baradel.

El tercer dirigente en la mira es Pablo Moyano, el titular de los camioneros, pero con él el gobierno se maneja con cautela porque tienen miedo al poderío del gremio de los camioneros, que podría paralizar el país.

Como reconoció el presidente, van por la prensa independiente.

Luego de sacar del aire a Roberto Navarro, el periodista que denunciaba una y otra vez la corrupción macrista y que además destrozaba el rating de los programas de TN, anunciaron por estas horas la venta del grupo Indalo a la empresa Terranova, vinculada a Cambiemos. La idea es sacar del aire a Víctor Hugo, luego a Gustavo Sylvestre y convertirlo en un medio afín al gobierno. La dirección periodística se la entregarían a Luis Novaresio. Más allá del cambio ideológico de C5N y Radio 10, vendrá una reestructuración con un masivo despido de personal.

Los ataques hacia la prensa comenzaron desde el primer día del gobierno. Eliminaron la Ley de Medios, despidos masivos en Radio Nacional, persecución a los integrantes de 678, despido de VHM de Radio Continental, despido de Pedro Brieger de la TV pública, final del grupo 23 y despidos en Radio América, CN23 y Radio del Plata, por nombrar algunos casos.

Sobre la Justicia hay poco para agregar: un ataque virulento contra la ex presidenta y su familia, acusada de todos los crímenes posibles y hasta de traición a la patria, como lo fue en su momento contra Juan domingo Perón, luego de su derrocamiento. El ataque no es sólo contra la ex mandataria, sino contra la mayoría de sus ministros que no acordó con el gobierno.

En la provincia de Buenos Aires sucede algo similar: fueron por Daniel Scioli, por Alberto Pérez y un sin número de funcionarios y, ya avisaron, que los próximos serán los intendentes que osaron jugar con Cristina en Unidad Ciudadana. Aquellos jueces que se oponen al control del Ejecutivo van a juicio político.

No conforme con la prisión de Milagro Sala, presa política de Gerardo Morales desde hace casi dos años, en estas horas decidieron revocarle la prisión domiciliaria por pedir la “aparición con vida de Santiago Maldonado”.

Quizás el ejemplo más claro de un gobierno totalitario es lo que está sucediendo con Santiago Maldonado. El gobierno salió a proteger a la Gendarmería y mandó a espiar a la familia de Maldonado.  Nadie puede opinar sobre Maldonado, más bien los medios durante dos meses trataron de desviar la investigación. En la marcha por el primer mes de la desaparición de Santiago en Plaza de Mayo hubo infiltrados de la policía de la ciudad con una represión que hacía años no se veía.

La presión para negar la desaparición forzada de Santiago ha llegado a límites impensados. Vidrios rotos de autos que tenían pegada la foto de Santiago o jóvenes detenidos por llevar una remera con la cara de Santiago. Ni hablar de los ataques hacia los estudiantes de colegios secundarios que tomaron los edificios para frenar la nueva ley de Educación que implicará trabajar gratis en el último año para las empresas.

El gobierno va por todo. En la semana que pasó, el presidente modificó el artículo 19 de la Ley de Acceso a la Opinión Pública, que ordenaba la creación de la Agencia de Acceso a la Información Pública como un ente autónomo. La modificación deja al nuevo organismo bajo la órbita de Marcos Peña, el jefe de Gabinete.

Como dijo Cristina Kirchner el viernes en la localidad de Moreno: “Han convertido al Estado en una propiedad privada que beneficia a familiares, parientes, amigos y socios”. En síntesis, Cambiemos se ha convertido de a poco en un “Gran Hermano” que todo lo controla en beneficio propio. Para ello necesita del silencio de la oposición, convirtiéndose en un régimen totalitario y no democrático.

 

 

 

 

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4 Comentarios

Daniel 1 octubre, 2017 at 2:50 pm

Dictadura constitucional
La dictadura constitucional es la forma de gobierno dictatorial en la que el poder se concentra de manera autoritaria o totalitaria en las manos de un dictador, controlando este, directa o indirectamente, los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, por lo que no se asienta el principio de separación de poderes, requisito indispensable según Montesquieu y la corriente politológica mayoritaria para que la forma de gobierno se configure como Estado de Derecho; junto con el requisito de la consagración constitucional de los derechos fundamentales aunque solo aplicaría en caso de que esta autoridad llegara a través de métodos no electorales.
El mecanismo mediante el cual se mantiene el aparente respeto a los principios del Estado de Derecho a través de la fachada constitucional se denomina fraude constitucional: un ejemplo es el fraude electoral pero se debe tener mucho cuidado con esta concepción ya que muchos políticos lo usan con motivos de desprestigio y acusación falsa.
Eventualmente, “dictadura constitucional” también puede referirse a la forma de gobierno en la que los marcos constitucional y legal de un país establecen que el jefe de Estado de este, sea un “dictador”, a través de mecanismos de gobierno que permitan el control por parte de este hacia los demás poderes del estado y permitan su reelección indefinida, lo que resulta que en este tipo de régimen suele dotar al dictador de un poder absoluto o por lo menos de una gran cuota de poder dentro del Estado y la administración pública.
Referencias
La Dictadura Constitucional en América Latina (Diego Valadés) en Biblioteca Jurídica Virtual (BJV)
Valadés, Diego (1974). La dictadura constitucional en América Latina. Ed. UNAM.
Rey, Juan Carlos (1988). Desafíos de la democracia. Tierra de Gracia Editores. ISBN 980-6209-01-X.
Constitutional Dictatorship (Yale Law)

Respuesta
PATRICIA GATICA 1 octubre, 2017 at 4:43 pm

DANIEL. ME PARECE FUNDAMENTAL TU COMENTARIO. EXCELENTE. TE LO ROBO Y ME LO LLEVO A MI MURO.SALUDOS.

Respuesta
Miguel Angel 1 octubre, 2017 at 3:39 pm

Hay un refrán que dice : El que calla, otorga. El Pueblo debe levantar las banderas de la dignidad y de la Justicia, pidiéndoles que se vayan. No hay que dejarlos a que nos quiten nuestros derechos. Hay que darles una lecciòn de Democracia Legìtima.

Respuesta
Maria Veleizán 2 octubre, 2017 at 11:19 pm

Las aptitudes y decisiones que està tomando éste gobierno generaran una guerra civil.

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