“Estoy acá debido a la perversa persecución política, mediática y judicial de la que soy objeto desde diciembre de 2015. Sé claramente dónde estoy y el motivo. Es una decisión política del presidente Macri”, dijo esta mañana sin dudar el detenido ex ministro Planificación Federal, Julio De Vido.
Fue al pronunciar sus últimas palabras antes del veredicto en el juicio oral por la tragedia de Once. Lo hizo desde la cárcel de Marcos Paz a través de una videconferencia. El segundo juicio por aquella tragedia, que tiene a De Vido como principal acusado, llega hoy a su instancia final, cuando esta tarde se conozca la sentencia a cargo del Tribunal Oral Federal 4 (TOF 4).
“Sé claramente dónde estoy y el motivo. Es una decisión política del presidente Macri expresada claramente en la apertura legislativa en 2016, pidiendo meses más tarde de manera pública mi detención, junto a su ministro de Justicia y alguna diputada (en alusión a Elisa Carrió), con la que hoy mantiene una disputa pública por el mismo tema de la prisión preventiva. Parece que, entre tantos arrepentidos, el ministro es uno más. Todo muy patético”, afirmó De Vido desde el penal.
Recordó que “veinte días después del discurso de Macri, por arte de magia o por arte de Macri, aparece mi nombre. En criollo, me metieron por la ventana”.
Además, sostuvo que cuando fue preso Garavano había celebrado su detención, y ahora critica las prisiones preventivas. “Parece ser que entre tanto arrepentidos el ministro de justicia es uno más. Todo es muy patético”, dijo De Vido.
Al hacer mención a la causa, dijo que en el primer juicio por la tragedia de Once “no fui mencionado, al igual que en la primera investigación del juez Bonadio”. Agregó que “este juicio comenzó unos 15 días antes de las elecciones legislativas del 2017. También fui detenido pocos días antes de las elecciones por la llamada doctrina Irurzun”.
Además, citó a Juan Domingo Perón y a Néstor Kirchner, llamó “inepta” a Laura Alonso, titular de la Oficina Anticorrupción, y citó el Evangelio con una referencia a Jesús y a Poncio Pilato. “Sin justicia no habrá paz para las víctimas. Si no lo hacen los hombres, el Señor lo hará. Alabado sea su nombre”, terminó De Vido.