La influencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) en los principales artículos del Presupuesto 2019, se convirtió hoy en uno de los ejes del debate y el cruce de dardos políticos entre el oficialismo y la oposición en la Cámara de Diputados, donde justamente se lleva adelante la discusión en torno al proyecto.
Por un lado, se paró Nicolás Massot, jefe del bloque de diputados del PRO. Por otro, el diputado kirchnerista y ex ministro de Economía, Axel Kicillof, quienes al hablar con la prensa cruzaron críticas fuertes.
Massot descartó de plano que el presupuesto que la Cámara baja votará hoy haya sido hecho a imagen y semejanza del Fondo, organismo que al país le prestó 57.100 millones de dólares por pedido de la gestión de Mauricio Macri.
Desde el kirchnerismo y la izquierda acusan al Gobierno de haber hecho el Presupuesto 2019 sobre la base de los requerimientos del FMI, pero el jefe del bloque de diputados del PRO salió al cruce.
“Es un buen eslogan político, pero nosotros siempre hemos dejado claro que las condiciones las puso el Gobierno argentino”, dijo. Y agregó que la fecha para la aprobación del presupuesto, “que es lo que algunos utilizan para ese eslogan” está acordada hace más de un mes y medio, “muchísimo antes de saber en qué momento el Fondo iba a dignarse o no a tratar la aprobación del acuerdo que ya está hecho”.
Por su parte, Kicillof, lejos de quedarse callado, le envió un mensaje al Gobierno y otro a la clase media, a la que –según dijo- “le caerá todo el peso del ajuste fiscal” que impulsa Cambiemos, en alianza con algunos sectores el PJ que votarán la iniciativa.
“¿Saben de cuánto es el ajuste que se plantea para 2019? El ajuste es de 550.000 millones de pesos. ¿Saben cuánto se pagará de intereses de deuda? Se pagarán 600.000 millones de pesos”, dijo el legislador, para explicar una relación directa entre la baja del gasto primario y el alza de las exigencias financieras.
El ex ministro de Economía agregó que “cada peso que saca el Gobierno de Cambiemos de un jardín de infantes, va a parar al pago de la deuda que el mismo Gobierno tomó”, al tiempo que denunció que “hubo un apriete feroz y una extorsión” a los gobernadores para que impulsen a sus legisladores a aprobar el Presupuesto, porque “si no, estaba la amenaza de seguir sacándole recursos a las provincias”.
Por último, aseguró que “este presupuesto va a perjudicar a todos los sectores. A la clase media, a la que este Gobierno le prometió tanto, le va a llegar un impuestazo y le van a seguir subiendo las tarifas, porque el Gobierno quiere usar ese dinero para pagar los intereses de la deuda que generaron”.