Mientras preparan las valijas, Macri le tiró un misil a Vidal: “Yo voy a ser el jefe de la oposición, no vos”

Por Alfredo Silletta. La gobernadora María Eugenia Vidal no se cansa de afirmar ante distintos dirigentes de su partido que ella junto a Horacio Rodríguez Larreta serán los conductores de ese espacio después del 10 de diciembre. Sigue, equivocadamente, creyendo que perdió las elecciones por culpa del presidente. En realidad, durante cuatro años mantuvo las mismas políticas que Mauricio Macri: endeudó la provincia en dólares, maltrató a los docentes y a la salud pública, el banco Provincia no ayudo a las Pymes y se convirtió en una timba financiera y cuando tuvo el poder de decisión aumento las tarifas y el transporte. Obras pocas, mucho menos que lo que dice el marketing publicitario. El ejemplo de es que la provincia esta nuevamente inundada.

El presidente, que estaba muy molesto porque la gobernadora lo hizo quedar como un tonto en Pergamino, le tiro un misil al afirmar que “no entiende nada, yo voy a ser el jefe de la oposición, no ella”.  Fue en comentario que circulo fuerte en el círculo cercano del presidente. Allí comentaron que la recorrida del “Si, se puede” tiene como intención no ganar las elecciones pero si fortificar la figura del presidente con el 30 por ciento de los votos, lo que se llama el voto antiperonista que siempre existió.

El presidente que siempre se consideró el dueño del PRO, al que Jorge Asís llamó el “ángel exterminador” y el psicoanalista Jorge Alemán, una persona con rasgos psicopáticos, humilla a quien lo enfrente. De allí que por segunda vez la frenó a la gobernadora.

En noviembre del año pasado, Vidal, con el apoyo de los medios hegemónicos, comenzó una campaña comandada por Federico Salvai para desdoblar las elecciones en la provincia. En diciembre, Vidal lo conversó con Macri y le contó que la idea era “sacar” a Cristina de la lista de los intendentes peronistas. El presidente dejó correr la idea del desdoblamiento para que no se hable de economía, pero semanas después se molestó demasiado cuando se enteró que la gobernadora y su equipo empezaron a decir que “no lo quieren a Macri en la boleta” porque perjudica sus chances electorales.

El enero Macri fue claro ante un grupo de gobernadores que lo consultaron: “Acá nadie desdobla, todos vamos a trabajar por el triunfo de mi reelección” y agregó: “si yo pierdo todos terminamos presos, nadie se salva”.  La gobernadora  supo que no tenía más margen de independencia y aceptó ir en la misma boleta.

Lo que siguió a partir de marzo fue otra fantasía de la gobernadora. Se creyó que la gente cortaría la boleta y la votaría a ella. Estaba confiada en un corte de 10 puntos. Nunca entendió que los bonaerenses estaban hartos de su gestión.

El 11 de agosto, Vidal se dio cuenta que a ella le fue peor que a Macri. Axel Kicillof logró el 52 por ciento de los votos y supo que los bonaerenses rechazaban su gobierno más que al de Macri.

Mientras tanto, el presidente ya avisó que luego del 10 de diciembre se tomará unos meses de vacaciones pero volverá para ser el jefe de la oposición y seguramente encabezar la lista de legisladores de 2021, Vidal, en cambio, todavía se cree las fantasías de las corporaciones mediáticas. Ayer, Fernando González, editor de Clarín, relató que en medio del discurso de la gobernadora en IDEA, un empresario se levantó de su asiento y salió afuera del salón a secarse la lágrimas porque no puede “creer que vaya a dejar de ser gobernadora”. La misma historia que hace unos meses Pablo Sirvén, editor de La Nación, le contó: “Señora María Eugenia, toc toc, soy la Historia, necesito que sea presidenta”.

La realidad no está en los diarios ni en los set de televisión. La realidad está en que la gobernadora deja una provincia endeudada y empobrecida por su mala gestión y, como si fuera poco, nuevamente inundada.