El ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández ingresó a la Casa Rosada para almorzar con el presidente Alberto Fernández. Rápidamente se activaron las versiones de las últimas semanas sobre la vuelta del actual interventor de Yacimientos Carboníferos Río Turbio a un cargo en el gabinete nacional.
Desde hace semanas se analiza que hay varios ministros que han dejado mucho que desear en la gestión y ante la crisis económica y de sanidad han quedado paralizados. Desde las usinas del presidente dicen que no es el momento de hacer cambios, quizás luego que finalice la pandemia o se cumpla el primer año de gestión.
Desde el Frente de Todos, con respecto hacía la figura presidencial, se analiza que el gabinete formado hace un año era para un gobierno
de cierre de grieta pero hoy ya no sirve cuando el establishment económico, mediático y judicial decidieron continuar con la guerra para desgastar la gestión.
Hay ministros que tiemblan de solo pensar en pelearse con el Grupo Clarín, sienten que no es su batalla, sin comprender que ya estamos subidos al ring, que no hay vuelta atrás. El gobierno tiene que asumir que no habrá paz y que hay que dar la batalla o se corren riesgos de perder las elecciones el próximo año.
Aníbal, sin ser parte del gabinete nacional, es hoy uno de los mejores voceros del gobierno nacional. Lo es también Leandro Santoro, otro de los dirigentes que no ocupan un lugar estratégico del gobierno.
Consultado el ex jefe de Gabinete sobre el almuerzo fue escueto, fiel a su estilo: “Había hablado a la mañana y me invitó a almorzar con él, charle de política, nada en particular ni me ofreció ningún cargo ni le pedí nada”.
Desde la presidencia la respuesta fue similar: “son amigos y almuerzan habitualmente”.
Más allá de las respuestas de rigor, dentro de las filas del Frente de Todos consideran que al gabinete nacional le falta “volumen político” para las batallas que vienen, pero es una decisión exclusiva del presidente.
Hay que destacar que durante cuatro años el macrismo y los medios acusaron a Aníbal de ser “la morsa”, un personaje siniestro vinculado a las drogas y las muertes de general Rodríguez. Esta acusación fue fundamental para que perdiera las elecciones frente a María Eugenia Vidal. Cuatro años después la Justicia dijo que “la morsa” era otra persona y que el ex jefe de Gabinete no tenía nada que ver.
Por ahora hubo almuerzo. Habrá novedades pero más adelante.