Hace dos semanas la jueza María Eugenia Capuchetti, que tiene a su cargo la investigación por el intento de asesinato de Cristina Kirchner, le solicitó a la Corte Suprema de Justicia tres contratos con el rango de secretario (el escalafón justo debajo del de juez) para afrontar el volumen de trabajo que tiene, pero hasta el momento no tuvo respuesta.
Según revela el periodista Ari Lijalad en El Destape, el pedido en cuestión fue planteado el 22 de septiembre pasado. Fue dirigida a Mariano Llorens, presidente de la Cámara Federal de Comodoro Py, para que este se la eleve a la Corte. A partir de ahí, los cuatro integrantes del llamado máximo tribunal de justicia evalúan el reclamo.
Los abogados de la vicepresidenta, José Manuel Ubeira y Marcos Aldazábal, también están preocupados por la falta de personal en el juzgado de Capuchetti. Más aún, señalan que la jueza siguió de turno policial (motivo por el cual le tocó este expediente) después del atentado contra CFK, algo que no sólo multiplica el volumen de trabajo, sino que pone al magnicidio fallido como un hecho de inseguridad más.
A manera de ejemplo, en los pasillos de tribunales no dejan de remarcar, como llamativa curiosidad (o desinterés por avanzar en la investigación), que en la causa del doble parricidio en Vicente López intervienen tres fiscales, mientras que en el expediente por el intento de magnicidio sólo trabaja un fiscal, Carlos Rívolo.
La jueza Capuchetti no centra el pedido de recursos en la investigación por el ataque contra Cristina Kirchner, sino que la incluye dentro de 9 causas complejas “cuyos trámites demandan mayor dedicación y tiempo”. Pero lo cierto es que reclamó más personal ahora, más de un mes después de que Fernando Sabag Montiel gatillara un arma cargada y lista para usar a centímetros de la cara de la vicepresidenta.
En la nota elevada a la Corte, la magistrada advierte además que su juzgado tiene 4 personas que prestan servicios en otros lugares, dos secretarios, una prosecretaria y un jefe de despacho. No pide expresamente que regresen, pero queda implícito.
Mientras, desde la máxima instancia del Poder Judicial informaron a El Destape que ya circula entre los despachos del cuarto piso del Palacio de Tribunales, y que este tipo de solicitudes suelen tener demoras. Se trata, sin embargo, de un expediente fuera de lo común, teniendo en cuenta que se trata del intento de asesinato de la vicepresidenta.
En este contexto de casi virtual parálisis, hace una semana CFK reclamó “celeridad” en la investigación. Lo hizo a través de un escrito que entregaron sus abogados a la jueza Capuchetti, donde piden profundizar algunas líneas de investigación, y remarcan que todo indica que “el plan criminal habría sido mucho más extenso, complejo y sofisticado de lo que podía pensarse”.
El documento de la querella, presentado por José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, le pide a la magistrada que no deje ninguna pista sin explorar, e insiste en marcar el peligro del paso del tiempo: “Estamos ante una causa de enorme relevancia institucional y ante un tipo de delito para cuya investigación el tiempo es clave”.