Por Alfredo Silletta. Un número importante de intendentes y legisladores creyó que si se presentaban dialoguistas con el presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal les iba a ir bárbaro. Creyeron que los ataques se concentrarían contra la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner y algún ministro. Durante los primeros meses de la gestión de Cambiemos estos peronistas “de buenos modales” porque “habían roto con el kirchnerismo” tuvieron grandes espacios en los medios concentrados de comunicación. Pero todo era una ilusión óptica.
La derecha en la Argentina no quiere saber nada con el peronismo. Nunca se lo bancó a Juan Domingo Perón, a Evita, la Resistencia o al kirchnerismo, que mejoró las condiciones de vida de millones de argentinos y le puso algunos límites a las corporaciones económicas. Una digresión: sucede lo mismo con el PT de Lula en Brasil o el chavismo con Hugo Chávez o cualquier movimiento popular en América Latina.
La Marcha Federal, la bronca de la gente por el tarifazo, los aumentos desmedidos en alimentos y el crecimiento del desempleo produjeron que la imagen de Macri haya bajado brutalmente. La gente está enojada y con razón, de allí que en todas las encuestas, especialmente en la provincia de Buenos aires, el peronismo vuelve a ganar y la figura de Cristina Kirchner está altísima.
El primer síntoma fue cuando la policía de Cristian Ritondo dejó una “zona liberada” en Ituzaingó porque el intendente Alberto Descalzo había cuestionado la cúpula de la policía. Luego de los disturbios, todos los intendentes se acercaron para apoyar al jefe comunal y lanzaron como réplica que “las policías locales la manejen los intendentes”.
Luego, desde Cambiemos comenzaron una ofensiva contra La Matanza al observar que la imagen de Macri tiene sólo el 15% de aceptación y la de Vidal el 25%, por lo cual anunciaron que la dividirían en cuatro como venganza. En esa ofensiva, el presidente y la gobernadora tenían que ir a un acto a la empresa de gaseosas Manaos y pidieron que no invitaran a Verónica Magario. La intendenta, recordando que ya le habían hecho lo mismo a Jorge Ferraresi en Avellaneda, mandó a decir que haría un acto paralelo. Ante el temor, la invitaron, pero no la dejaron subir al escenario. Luego Magario avisó que los matanceros no iban aceptar “una Matanza para ricos y otra para pobres”.
Pasado lo de Magario, fueron por el intendente de Ensenada, Mario Secco. El jefe comunal había decidido comprar 10 nuevos patrulleros para la policía y el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo decidió rechazarlos. Secco llamó a una conferencia de prensa con el apoyo de legisladores nacionales y provinciales y ante el escándalo de dejar a una ciudad sin seguridad, Ritondo reculó y aceptó los patrulleros.
La semana pasada fueron contra el intendente de Berazategui, Patricio Mussi. En un mega operativo dejaron durante horas encerrado a todo el personal de la municipalidad para buscar algunos papeles a partir de una denuncia política. El diputado provincial y ex intendente Juan José Mussi señaló que “nos quieren amedrentar con allanamientos y atropellos porque no pueden ganarnos en las urnas”.
Cuando el ex candidato presidencial Daniel Scioli decidió trabajar en la unidad con “todos adentro”también salieron con denuncias de enriquecimiento ilícito y malversación de fondos en la provincia. La foto con Cristina en el Instituto Patria fue la frutilla que rebalsó el vaso y los medios de comunicación le dijeron de todo al ex gobernador.
En las últimas horas, hubo dos nuevos ataques del Grupo Clarín. Anoche en canal 13 atacaron al diputado provincial de Movimiento Evita, Gustavo “Tio” Di Marzo por defender a vecinos del Gran La Plata con la presentación de un proyecto de ley de expropiación de algunas tierras donde estaban instaladas más de 200 familias. La denuncia ocurre el mismo día que el Evita y los movimientos populares se reúnen por primera vez con la CGT y empiezan a avanzar en una agenda común para crear una ley de Emergencia Social que proponga un Salario Universal basado en el trabajo y no en la asistencia.
Paralelamente a la denuncia del diputado del Evita, fueron contra el intendente de Malvinas Argentinas, Leonado Nardini, que se alejó del Grupo Esmeralda y con otros intendentes –algunos lo llaman Grupo Fénix, pero a los jefes comunales no les interesa ese nombre- decidieron que los cambios “es con todos los compañeros adentro” y remarcaron que “nunca un compañero puede ser más rival que un gobierno que ataca a los trabajadores y los humildes, que son la base de nuestro movimiento”.
El diario Clarín denunció una estafa con el Plan Progresar en Malvinas Argentinas y la Anses presentó una denuncia penal contra el joven intendente que derrotó a Jesús Cariglino, hoy funcionario de la gobernadora Vidal. La supuesta denuncia es porque algunos beneficiarios del Plan no tendrían la documentación correcta.
El gobierno de Macri, más el partido judicial y los grandes medios concentrados de comunicación avanzarán para que el peronismo bonaerense no gane las próximas elecciones. También irán por el diputado nacional del Frente Renovador, Sergio Massa. La diputada Elisa Carrió pidió que investiguen al tigrense por sus vínculos con el narco Ibar Pérez Corradi, por lo cual presentó fotos de familiares del preso con Massa.
La persecución ya comenzó e irán por todos los intendentes o referentes del peronismo que trabajen por la unidad en la provincia de Buenos Aires.