El gobierno de Cambiemos que conduce en la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, durante todo el año hablaron de la “pesada herencia” del gobierno de Daniel Scioli. Los números, a menos de un año de gestión, pareciera decir otra cosa. Durante ocho años de gestión Scioli dejo una deuda pública de 120.000 millones, pero en sólo un año y medio la deuda provincial llegará a 270.000 millones, duplicando lo que recibió.
Desde el ministerio de Economía que maneja Hernán Lacunza afirma que no es tan así el salto del 225% de la deuda. Argumentan que el próximo año la cosa mejorará y culpan del endeudamiento la inflación y la devaluación de este año como si Cambiemos no gobernara a nivel nacional. Además, Lacunza promete que en los próximos años tomarán menos deuda y que la razón se debe que “esos préstamos serán para hacer puentes, rutas y cloacas”.
El peronismo no dice lo mismo. Afirman que el gobierno provincial no sólo toma deuda de los mercados, sino también del gobierno nacional y paralelamente aumenta la presión tributaria.
La oposición advierte que el gobierno de Vidal, en este nuevo endeudamiento por $ 63.781 millones, dice que usará para cubrir un déficit de $ 34.773 millones y $ 29.190 millones de amortizaciones e inversión financiera; pero que en total termina solicitando autorización para endeudarse por $ 95.000 millones. Una prueba, sostienen, de que el déficit real será mayor al previsto.
Dentro de esas autorizaciones “extras”, apuntan al bono para cubrir el déficit de 2016 y 2017 de la Caja de Jubilaciones del Banco Provincia (por $ 12.900 millones), cuando está previsto que la Nación gire fondos para armonizar esa caja previsional.
Hoy en la oposición reitera la propuesta irónica de la ex presidenta Cristina Kirchner cuando señaló que “nos devuelvan la pesada herencia”. Una verdad de perogrullo cuando Scioli, luego de 2 mandatos dejo sólo una deuda de 120 millones y en un año se duplicará. Los bonaerenses deberán pagarla.