Todos los que conocen al presidente Mauricio Macri saben que es vengativo, rencoroso, que nunca aceptó un no. Cuenta que el peor momento de su gestión fue cuando el periodista Horacio Vertsbisky contó que el blanqueo se habia realizada fundamentalmwente para beneficiar a toda su familia, incluida la de su mujer. En aquel momento no echó a Alberto Abad, titular de la AFIP, poruqe hubiera sido un escándalo. Lo espero y ahora lo despidió, para reemplazarlo por Leandro Cuccioli, hombre de confianza de Gustavo Lopetegui y Luis Caputo.
Cuccioli declaró el año pasado que pertenece al club de offshore, ya que posee su patrimonio en cuentas en el exterior, Luxemburgo, Gran Bretaña, Estados Unidos e inmuebles en Uruguay. Nadie le dijo al presidente que el hombre que debe recaudar los impuestos es un experto en evasión de impuestos y fuga de capitales, quien además no declara sus offshore. Como el dicho, el zorro en el gallinero.
Las otras razones para ser despedido fue que “no trabajaba en equipo” o en otras palabras no obedecia a Marcos Peña, sino que sólo se referenciaba a Macri.
Otros problemas con Abad fue que desplazo de la AFIP a Sergio Maguiiña, cuñado del presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, quien estaba decidido a investigar al amigo de Macri para que pague impuestos en sus bingos. Angelici, como buen operador en la Justicia logró un fallo a su favor que exime a sus vingos de pagar el aumento de impuesto a las ganancias y Abad supo, que atrás de Angelici estaba Macri.
Otro de los temas que degasto a Abad fue su decisión de meter preso a Cristóbal López, dueño del Grupo Indalo bajo la excusa que le adeuda al Estado 17 mil millones de peso por la evasión del impuesto a la transferencia de combustibles por parte de la empresa OIL. López había decidido vender parte del grupo Indalo para pagar sus deudas y Abad se encaprichó y no lo permitió. El problema fue cuando apareció como comprador Ignacio Jorge Rosner, un amigo de Macri y también lo veto.