Por Alfredo Silletta. El presidente Mauricio Macri se enteró el jueves que en el equipo de la gobernadora María Eugenia Vidal las críticas a su figura estaban al orden del día. Era tan así que se planteó el “corte de boleta” para repartir entre la gente una boleta sin Mauricio Macri ni los legisladores nacionales, sólo con Vidal, los legisladores provinciales y los intendentes.
En el medio de la insurrección del vidalismo en el retiro espiritual de Chapadmalal, el presidente no dudó en llamar a la gobernadora y anunciarle que iba a ir solo, que no dijera nada, que sería una sorpresa. Vidal sin margen aceptó el convite.
El presidente apareció en la cena del viernes y más de un ministro quedó mudo, todos sonrieron, incluso aquellos que la noche anterior pidieron hacer campaña sin Macri a quién consideran una “mochila de plomo”. El presidente solo pidió poner un televisor en silencio para seguir las alternativas de Boca-Banfield y cenó rabas y risotto.
Macri primero habló sobre la situación en Venezuela, lo ‘bueno’ que fue el encuentro del G20 y que ahora el mundo ‘nos ve bárbaro’. No habló de la situación económica, de los errores del equipo económico, de la inflación brutal o el dólar a 45 pesos. Ahí mantuvo silencio. Luego de su análisis internacional, decidió cuestionar duramente a la ex presidenta Cristina Kirchner y al kirchnerismo. “Cómo puede ser que haya gente que no sé de cuenta todavía del daño que hicieron”, se quejó Macri. Palabra más palabra menos afirmó que no puede entender que los bonaerenses voten a Cristina. También cuestionó al ex ministro de Economía, Roberto Lavagna como alguien del pasado y descartó cualquier tercer vía.
Luego de su breve charla le pidió a los presentes que le “contaran” qué dice la gente. Todos relataron comentarios edulcorantes. Nadie le dijo en la cara, que en el conurbano hay un 35,9% de pobreza que sumado a la indigencia llega al 44,35 %. Nadie quiso decirle en la cara que la gente no puede más con los aumentos de tarifas, de transporte y especialmente de los alimentos.
En el encuentro tampoco nadie se atrevió a preguntar por el escándalo de la red de espionaje ilegal que investiga el juez Alejo Ramos Padilla y que compromete a su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a su amigo el fiscal Carlos Stornelli y a los medios hegemónicos, especialmente al periodista de Clarín, Daniel Santoro. Tampoco nadie intentó a contar que muchos de ellos piensan en un Plan B o V para que la gobernadora sea la candidata presidencial.
Los presentes afirmaron ‘para el afuera’ que vieron a un Mauricio Macri “muy enchufado”. El jefe de Gabinete, Federico Salvai, rápidamente comunicó a los medios amigos que “el único candidato a presidente de Cambiemos es Mauricio”.
Macri permaneció dos horas y antes de marcharse se sacó dos selfies, que su equipo del prensa decidió publicarlas ayer sábado.
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SON UNA BANDA , EN MANOS DE QUIENES ESTAMOS