Uno de los intendentes de Juntos para el Cambio que perdió las PASO con el Frente de Todos no dudo en cruzarla a la gobernadora María Eugenia Vidal: “Te aviso que no lo quiero más a Mauricio por mi territorio, el tipo se quiere suicidar y que nosotros lo acompañemos al cementerio, por lo cual te recomiendo que vos hagas lo mismo en toda la provincia si querés tener alguna posibilidad de ganar”. La gobernadora -contó este intendente- le dio la razón.
En el equipo político de Vidal están grogui. Se parecen al italiano Nino Benvenuti en el round 12 de su pelea con Carlos Monzón en el Palazzo dello Sport de Roma en 1970. Como Benvenuti, Vidal era la campeona, la más amada, la mejor actriz y una estrella de la política que gastaba millones en publicidad frente un “desconocido” que recorría en un Clio los pueblitos bonaerenses. Y sucedió lo inesperado: Axel Kicillof le sacó 17 puntos, más de un millón y medio de votos.
La gobernadora y su equipo decidieron mantener silencio el domingo y brindar ayer una conferencia de prensa. Lo primero fue reconocer “que “tenemos que escuchar más para mejorar y corregir”, luego contó que están analizando una serie de medidas “para ayudar a los sectores más humildes” luego de la devaluación de las ultimas horas y quizás alguna mejora en las tasas y en los créditos frente al desastre que viven las Pymes.
Los intendentes que perdieron ya decidieron que no lo quieren a Macri en sus territorios hasta que pase octubre. Martiniano Molina en Quilmes, Néstor Grindetti en Lanús, Ramiro Tagliaferro en Morón, Diego Valenzuela en Tres de Febrero, Julio Garro en La Plata y Nicolás Ducoté en Pilar. Todos perdieron, solo salvo los trapos Jaime Mendez, el pollo de Joaquín de la Torre en San Miguel, pero la ola de octubre lo puede llevar puesto. En ese distrito ganó ampliamente Alberto Fernández y Axel Kicillof pero el corte de boleta lo beneficio a Mendez. Las malas lenguas dicen que De la Torre, ministro de Vidal, ordenó repartir la boleta de su candidato a intendente junto a las del Frente de Todos.
Los intendentes recibieron con buenos ojos el discurso de Vidal afirmando que “había que escuchar la voz de las urnas”, mientras que el discurso del presidente echándole la culpa a los votantes fue como una patata en las partes íntimas. “Si no lo frenamos nos lleva a todos al cementerio”, dijo un jefe comunal.
Los intendentes saben que el 47% de Alberto y el 49% de Axel se convertirán en más del 50% en octubre porque no se computará el voto en blanco. De allí que están decididos a ir por el voto de quienes optaron pro el Frente de Todos pero “si te enojas con el votante” estamos sonados, dicen en el circulo de los intendentes de Cambiemos. La prioridad será municipalizar la campaña, tenerlo lejos a Macri y no muy cerca a Vidal, que dejo de ser competitiva, descartando el sueño del corte de boleta. “Esta vez nadie corto boleta por la gobernadora, ella apoyo todas las medidas del presidente, incluido el no desdoblar las elecciones y ahora están las consecuencias”, dijo un jefe comunal de la primera sección electoral.
1 comentario
Son todos un calco de Macri. Ratas, el pueblo ya los desenmascaró, no los aguantamos más. En Octubre los echamos a todos con las urnas. Terminan en el penal. Ladrones: Macri, Mariu y toda la banda se van, se van. Psicópatas.