Demoledora editorial de Graña contra el mercenario de Majul: “Nosotros denunciamos cómo la gente se caía del mapa, no tenemos nada que autocriticarnos”

Rolando Graña abrió ayer su programa GPS con una durísima editorial contra el gobierno pero también contra los periodistas mercenarios que ocultaron el descontento y las penurias que estaba pasando la gente. Y le apuntó directo al conductor de La Cornisa, Luis Majul, quien después de la derrota del macrismo hizo autocrítica y pidió disculpas: “Nosotros solamente mostramos lo que pasaba, por eso no tenemos nada que autocriticarnos”, sintetizó Graña.

Graña repasó los informes que fueron emitiendo en los últimos dos años sobre los trabajadores que perdían el laburo, la gente que no tenía para comer y los jubilados con bajo peso. “Para nosotros los tipos que perdían el laburo, los que se endeudaron, los que se hicieorn vegetarianos a la fuerza, los que tuvieron que empezar a apagar las luces, a dejar la prepaga, el colegio privado, los que tuvieorn que dejar no eran solo parte de una estadística que pasaba”, dijo y comenzó a criticar a los periodistas que taparon la realidad en todo este tiempo.

“A lo largo de estos dos años vimos que algo social profundo se estaba gestando que no es ni más ni menos que las consecuencias de un ajuste económico brutal como hubo en Argentina. Para algunos colegas los datos de desempleo eran algo que pasaba rapidito y nadie le ponía voz y voto, en cambio si CFK pedia permiso para ir a Cuba eso era importantísimo y merecía horas y horas de debates y de esa manera se fueron convenciendo de que la realidad pasaba por un lado, mientras se estaba mostrando un malestar que se mostró en las urnas el domingo”, dijo.

“Era la lógica de mentira orquestada. Ellos sabían que el ajuste iba a dejar una cantidad de gente en el camino pero había que llevarla con la zanahoria engañando con que los otros eran corruptos horribles”, agregó. Y amplió: “En definitiva todo eso era un armado discursivo para que la gente no se diera cuenta de lo que le estaba pasando. Pero economía mata discurso y la economía le terminó poniendo dinamita”.

“El voto de la mayoría de la votación dijo basta. El malestar alcanza al 80% de la Argentina”, agregó.