Horacio Rodríguez Larreta encontró en este enfrentamiento con Alberto Fernández por los fondos de coparticipación, una gran oportunidad para tomar vuelo y empezar a pararse como un virtual candidato presidencial para 2023. De hecho, ayer lanzó su primer discurso de tono nacional, que tiene como trasfondo su disputa por el liderazgo de la oposición con Mauricio Macri.
De esta manera, el jefe de Gobierno porteño ratificó una postura que le sienta bien, aunque ponga nerviosos a los halcones de Juntos por el Cambio. Entre los macristas “duros” ayer advertían que ya no habría margen para la moderación y el diálogo con la Casa Rosada.
Sin embargo, Larreta planteó públicamente que no iba a cambiar sus convicciones ni su vocación por la búsqueda de consensos. Expresó que siempre va a buscar “la unidad de los argentinos” y que no será él quien contribuya a agrandar la grieta.
Así, incluso en el peor momento de su relación con el presidente, no hizo más que marcarles la cancha a los dirigentes de la coalición opositora, sugiriéndoles que “lo último que necesita el país es políticos peleándose”.
En otras palabras, su estrategia electoral para competir por la presidencia de la Nación dentro de tres años, empieza a visualizarse. Cerca de él sostienen que su premisa es “llega lejos el que dialoga”, tomando distancia de no pocos referentes de ese espacio que únicamente buscan pegarle al Gobierno nacional.
Mientras tanto, en algunos sectores del Frente de Todos se mostraban preocupados por la centralidad que adquirió Larreta por este conflicto. “Encima lo victimizamos”, dijeron. Sin embargo, otras miradas sugieren que el propio Alberto es quien quiere “subir al ring” a Larreta, un “moderado” como él, en una especie de remake de la polarización de los extremos entre Cristina Kirchner y Macri.
De todas maneras, hace tres semanas Larreta blanqueó que está preparando un “proyecto nacional” junto a María Eugenia Vidal para “ganar” las elecciones legislativas del año que viene y las presidenciales del 2023.
Y para buscar ese objetivo, la intención del jefe porteño es que María Eugenia Vidal encabece la lista por la Ciudad para taponar la figura del senador Martín Lousteau que buscará ser el sucesor de Larreta y de Patricia Bullrich, presidenta del PRO, que aspira a encabezar la lista y posteriormente buscar el Gobierno porteño.
Cerca de Larreta afirman que necesitan a Vidal mientras crece la figura pública de Felipe Miguel, el actual jefe de Gabinete. La idea es también cuidarla en 2021 para que luego sí, sea la candidata a gobernadora por la provincia de Buenos Aires.
La ex gobernadora sabe que si es candidata el próximo año por Buenos Aires, desde el Frente de Todos le recordarán su mala gestión. De su fracaso en la seguridad, el gigante endeudamiento en dólares, el negarse a inaugurar hospitales, el maltrato a los docentes y la educación pública, y las graves denuncias sobre espionaje ilegal a opositores.
La segunda razón que pesa en Vidal es que deberá compartir boleta con Elisa Carrió y Miguel Ángel Pichetto, quienes la obligarán a salir de su “eje centrista” con sus planteos extremistas.
Por ahora, Vidal no confirmó qué será candidata por CABA o Provincia. En un zoom con empresarios afirmó que podría ser en cualquiera de los dos distritos: “Estoy viviendo nuevamente en Capital hace unos meses. Es como elegir entre tu mamá y tu papá. Me cuesta elegir entre la Ciudad y la Provincia. Mi decisión el año que viene va a tener que ver con lo que crea que es mejor para la Argentina, para mí espacio político”, sostuvo.
1 comentario
por las repercusiones de los gobernadores esta en el horno , basta de pelotudos y chorros pro