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3 noviembre, 2024
PROVINCIA

Las crisis que sorteó Kicillof en su primer año de gestión: pandemia y mucho más

Axel Kicillof cumplió su primer año al frente de la Gobernación. Cómo fueron estos priemros 365 días marcados s fuego por la pandemia. La relación con la oposición, la crisis con la Policía, la discusión salarial, la discusión con los bonistas. un repaso por las crisis que debió enfrentar.

Apenas asumió, en diciembre, debió resolver una huelga de hambre que mantenían los rpesos de las cárceles bonaerenses por falta de alimentos. Como ya había cuestionado el gobernador a lo largo de la campaña, María Eugenia Vidal dejaba “tierra arrasada” y, en la lista de problemas, estaba una deuda millonaria con proveedores de hospitales, del IOMA y también de las unidades penitenciarias.

Veinte días después de asumir llegó la primera prueba de fuego con la oposición en la Legislatura con el envío de la ley impositiva. Juntos por el Cambio le mostró que iba a hacer valer su mayoría en el Senado provincial, en donde tiene la llave para destrabar los proyectos. Le dio los votos después de una ardua negociación en la que los legisladores macristas forzaron cambios a favor de las cerealeras y los cableoperadores, que implicaron 10 mil millones menos en la recaudación.

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En enero llegó el primer vencimiento de deuda en moneda extranjera y arrancó la compleja negociación con los acreedores. La primera propuesta para reperfilar fue a los tenedores del bono BP21. Pese a tener una postura inflexible en un primer momento, no logró el consenso necesario y debió pagar para no entrar en default. A partir de allí, Kicillof realizó una propuesta que todavía no fue aceptada y prorrogó el plazo de renegociación por décima vez esta semana. Una materia pendiente para 2021.

En marzo, la llegada de la pandemia cambió los planes de la gestión. El decreto que dispuso el aislamiento social, preventivo y obligatorio se extendió por siete meses. El objetivo que se planteó fue reforzar el sistema de salud provincial: comprar camas y respiradores, acondicionar hospitales, contratar personal y prepararse para lo peor.

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El “pico” de contagios finalmente llegó a fines de agosto, cuando el aislamiento social, preventivo y obligatorio ya llevaba cinco meses, y el sistema de salud no colapsó. El gobierno invirtió más de 22 mil millones de pesos en recursos para incrementar la capacidad sanitaria. “Todo el mundo tuvo una cama, un respirador y un médico al lado cuando lo necesitó”, repite Kicillof y defiende la cuarentena de los detractores: “Nos dio tiempo y evitó una catástrofe”.

La flexibilización total en el Conurbano se dio recién a comienzos de noviembre. Aún hoy con los casos en baja, los 135 municipios en etapa de distanciamiento y la vacuna rusa pronta a llegar, Kicillof pide no relajar los cuidados. “La pandemia no terminó”, repite hasta el cansancio. 

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En medio de la pandemia envió en mayo a la Legislatura un pedido de endeudamiento por 500 millones de dólares y 28 mil millones de pesos para afrontar los gastos de salud y la asistencia financiera a los municipios. El proyecto se terminó aprobando finalmente en agosto, luego de duros cruces discursivos y una negociación por mayores recursos para los intendentes.

En la primera semana de septiembre ocurrió la protesta policial, el conflicto de mayor tensión que debió atravesar Kicillof. El reclamo salarial, que arrancó en las puertas de la residencia oficial en La Plata, se extendió al Conurbano y llegó incluso a las puertas de la residencia de Olivos. Duró 72 horas y se desactivó finalmente cuando Kicillof dispuso una suba que llevó el salario de bolsillo de 37 mil a 49 mil pesos. Los sueldos de los agentes arrastraban un atraso del 29% de la era Vidal. La decisión del presidente Alberto Fernández de quitarle un punto de coparticipación a CABA para restituírselo a la Provincia generó los fondos para poder afrontar el incremento que acercó los salarios a los de la Policía Federal.

Kicillof anunció que los policías cobrarán entre 49 mil y 60 mil pesos con adicionales

Esa misma semana, Juntos por el Cambio volvió a mostrar los dientes en la Legislatura y aprobó en absoluta soledad los 41 pliegos de jueces, defensores y fiscales que habían sido postulados por la ex gobernadora Vidal en 2019. Los senadores los aprobaron pese a que el Ejecutivo había pedido que fueran devueltos para revisar las designaciones una por una. Como respuesta, Kicillof resolvió no firmar el decreto que oficializa las designaciones. Los designados aún siguen esperando.

El incremento a la policía generó además un efecto dominó con los gremios estatales. Docentes, médicos, judiciales y administrativos le reclamaron al Ejecutivo reanudar las paritarias que habían quedado en stand by por el coronavirus. Se abrió así la segunda etapa de negociación -luego de la que había ocurrido en marzo y abril- y se acordaron subas promedio con cada sector de entre 28% y 32%, pases a planta y suba de asignaciones familiares. El gremio más combativo fue el de los médicos, personal clave en la pandemia, que le realizaron un paro al gobierno provincial frente a la falta de una oferta salarial por encima de la inflación.

Guerra por los 42 pliegos: Cambiemos dice que Kicillof no puede retirarlos, pero Vidal lo hizo en 2015

La toma de tierras en Guernica, Presidente Perón, fue el conflicto que ocupó toda la atención de octubre. La ocupación terminó con un desalojo judicial, ejecutado por la policía bonaerense, el 29 de octubre. Ese final fue un trago amargo para Kicillof que durante más de un mes intentó con el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, que todas las familias se retiraran del lugar de manera voluntaria, previo acuerdo con la Provincia. El terreno fue devuelto a sus propietarios por la Justicia y el Estado sigue asistiendo hoy a las familias que fueron desalojadas.

Ya en los últimos meses, Kicillof presentó sus planes para reactivar la economía provincial en la postpandemia. Lanzó el programa “Provincia en marcha” con eje en la producción, la obra pública y el empleo, y también el Plan Bonaerense de Suelo, Vivienda y Hábitat que prevé la construcción de 33.600 viviendas sociales y la generación de 91 mil lotes con servicios en los próximos tres años.

El aniversario del primer año de gestión encuentra a Kicillof embarcado en otra dura negociación con la oposición por el presupuesto 2021 -el primero que presenta ya que este año se manejó con el prorrogado de 2019, el último de Vidal- y la ley impositiva, dos proyectos esenciales para encarar su segundo año, que además será electoral. El objetivo es aprobarlos antes de Navidad.

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