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La Plata
26 abril, 2024
PAÍS

Como en los viejos tiempos, en Estados Unidos se afilan las uñas y atacan al Gobierno sin disimulo

En medio de un clima enrarecido, a menos de tres semanas de las elecciones legislativas, y mientras Victoria Tolosa Paz salió a advertir sobre la posibilidad de un “golpe blando” antes de esos comicios, vuelven a sobrevolar viejos fantasmas del pasado en cuanto al rol de los Estados Unidos como factor determinante a la hora de generar desánimo y malestar entre la población. Es que así reaccionan ante un Gobierno que, a diferencia de lo que ocurría en tiempos de Carlos Menem o de Mauricio Macri, no mantiene relaciones carnales con el país del Norte.

Y así, en los últimos tiempos se vienen concatenando sugestivos hechos que no hacen más que demostrar hay que estar alertas ante tales movimientos.

Como si se tratara de un tablero de ajedrez, en esa dirección, la maniobra más reciente estuvo dada por el duro comunicado de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham) que, para repudiar el esquema de congelamiento de precios que fijó el Gobierno, no dudó en transmitir zozobra y alarma, al sostener que esa medida “no resuelve el problema; por el contrario, lo transforman en una bomba de tiempo que tarde o temprano explotará”.

Esa entidad, que en tiempos del macrismo mantenía un más que fluido y amistoso vínculo con el gobierno de entonces, manifestó su preocupación “frente a recetas artificiales para el control de la escalada inflacionaria”.

Entrometiéndose en los asuntos internos de un país soberano como la Argentina, la Cámara además les encomendó a las autoridades a continuar el diálogo con el sector empresario, “en la búsqueda de soluciones consensuadas y aplicando políticas públicas realmente eficientes para combatir este flagelo”.

Y como si fuera poco, aseguró que el control vigente de precios no es una medida que colabore a luchar contra la inflación. “La experiencia de la Argentina y mundial es muy elocuente en cuanto a que sólo se logra reprimir precios durante un periodo, y luego vuelven a sus niveles de equilibrio. Con este congelamiento lo que se va a generar es que el arrastre futuro sea de un mayor nivel de precios cuando la medida termine”.

Para completar, y ya envalentonados porque saben que cuentan con el respaldo de una oposición salvaje como lo es el macrismo, la Cámara encima tiene el tupé de exigir un “plan de estabilización que dé señales claras sobre la política monetaria y fiscal”.

En tanto, el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, le respondió a esa entidad, a la que le advirtió: “A nosotros nos interesa lo que digan los argentinos”, por lo que “nosotros estamos enfocados todos los días en los problemas reales de los argentinos, pero no es extraño que algunos dirigentes argentinos se vinculen más a los CEOs que a las necesidades del pueblo argentino”.

Mientas, días atrás, la encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos, MaryKay Carlson, mantuvo una prolongada reunión con la titular del PRO, Patricia Bullrich. Oficialmente, se informó que el objetivo fue para conversar sobre “la necesidad de hacer frente al cambio climático, terminar con la pandemia y consolidar la democracia”, tal como lo señaló Carlson en su cuenta de Twitter.

Y en este contexto, no deja de llamar la atención que la virtual embajadora estadounidense en Argentina se reúna con la presidenta de un partido de la oposición, en lugar de hacerlo con quienes toman las decisiones en el país.

Como broche de oro ante esta indisimulable avanzada progolpista, en las últimas horas el economista Lucas Llach, quien ocupó la vicepresidencia del Banco Central durante el gobierno de Macri, lanzó una proclama que va en esa dirección.

Desde su cuenta de Twitter, escribió: “El gobierno tiene que llegar hasta el final. Pero qué lindo si se acelerara el tiempo por una curvatura rara en la esfera tiempo-espacio y esos dos años duraran dos meses”.

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