Horas antes del 30º aniversario del atentado terrorista a la AMIA, que dejó saldo de 85 muertos, la República Islámica de Irán hizo una fuerte advertencia a la Argentina y al Gobierno de Javier Milei, al que acusa de estar bajo control israelí: “En el momento adecuado y en la posición correcta, impondrá su propio juego al enemigo y hará que se arrepienta de su enemistad con Irán”.
La amenaza para el gobierno de Javier Milei fue a través de un diario pro-régimen en Irán, el Tehran Times, que publicó un editorial en la que cuestiona su acercamiento a “la primera línea del escenario anti-Irán de la red sionista internacional”.
El editorial se titula “Caso AMIA en vísperas de su 30 aniversario”, y refleja la posición de la publicación que, si bien no es estatal, se promociona como “la voz de la revolución islámica” y es cercana al régimen de los ayatollahs.
El párrafo de mayor dureza sostiene que “sin duda, Teherán no olvidará las políticas anti iraníes de Buenos Aires. Pero Irán ha demostrado que no juega fácilmente en el tablero de ajedrez del enemigo, pero en el momento adecuado y en la posición correcta, impondrá su propio juego al enemigo y hará que se arrepienta de su enemistad con Irán”.
Asimismo, subraya que “el nuevo presidente de Argentina, que no ha ocultado su interés en el régimen sionista mata-niños de Israel, ha seguido el camino del escenario sionista anti-Irán, repitiendo afirmaciones infundadas contra la República Islámica y amenazando a los ciudadanos iraníes”.
Al referirse a la reciente declaración del movimiento Hamas como “organización terrorista internacional” por parte del gobierno argentino, el editorial menciona que la Casa Rosada señaló entre sus argumentos el buen vínculo entre Hamas e Irán, “y reiteró sus afirmaciones infundadas sobre la participación de Irán en los ataques a la embajada de Israel en Buenos Aires y el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA)”.
Mientras, días atrás, el portavoz de la cancillería iraní, Nasser Kanaani, tildó de “iranofóbicas” las declaraciones de la oficina del presidente Milei respecto a la consideración sobre Hamas.
Por su parte, el vocero presidencial Manuel Adorni desmintió este miércoles una amenaza al presidente, y vinculó las versiones a trascendidos periodísticos. “No hubo ninguna amenaza hacia el presidente Milei por parte de ninguna organización terrorista. En tal caso hubo alguna versión que hizo correr algún medio sobre que se había modificado la seguridad del presidente, pero la seguridad se modifica todos los días, de acuerdo a la agenda, a los movimientos, al tipo de lugar o a la infraestructura de los lugares a donde va”, indicó el funcionario.
Sin embargo, a diferencia de esta postura, el martes un asesor muy cercano a Milei dio otra explicación. “Hace unas semanas nos llegó información de una amenaza contra Milei. Entendimos que era una amenaza seria”, dijo un colaborador de la Casa Rosada.
Por su parte, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, también se refirió al tema esta mañana: “Escuché la versión, pero no tengo una información concreta, estas cosas hay que mirarlas con mucho cuidado y no generar incertidumbre. En este gobierno tomamos todos los recaudos para que no sucedan cosas que han sucedido en el pasado”, expresó.
Los trágicos antecedentes
Este alineamiento absoluto con Israel y la esperable respuesta de Irán, retrotrae a lo que ocurrió durante el gobierno del ex presidente Carlos Menem, cuando, plenamente alineado con los Estados Unidos decidió involucrar a la Argentina en la Guerra del Golfo. Fue en setiembre de 1990 y por decreto.
Lo hizo a través del envío de dos fragatas misilísticas y 450 marinos que estuvieron lejos del foco de conflicto para apoyar el bloqueo naval impuesto por el gobierno norteamericano al entonces régimen de Saddam Hussein.
Poco tiempo después, en 1992, se produjo la voladura de la Embajada de Israel, y dos años más tarde, contra el edificio de la AMIA, sede de la mutual de la comunidad judía en la Capital. El saldo fue de 115 muertos y más de 200 heridos. Y todos los indicios apuntaron a que los dos atentados podían ser represalias de terroristas árabes por el apoyo argentino a los Estados Unidos en el Golfo.