Después de haber sido dado de alta el jueves pasado, Jorge Lanata volvió a ser internado anoche en la Fundación Favaloro. El instituto médico precisó que el comunicador ultramacrista se hará una serie de estudios programados, pero permanecerá allí por el plazo que requiera el tratamiento por una infección en su pierna izquierda.
Los análisis pautados para determinar el cuadro de Lanata, consisten, según informa el parte, de “una adecuada preparación del tratamiento de una arritmia cardíaca y de una evaluación angiográfica de una enfermedad arterial de miembros inferiores”. El estudio será realizado en las próximas horas.
Por otra parte, se comunica que la internación se prolongará de acuerdo a “los hallazgos diagnósticos de los procedimientos a efectuarle y los tratamientos que se establezcan oportunamente”.
Jorge Lanata fue internado la semana pasada, y dado de alta el día jueves. Debido a su buena evolución, y para evitar una estadía prolongada exponiéndolo al riesgo de contagio por coronavirus o de un virus intrahospitalario, fue enviado a su hogar para continuar su tratamiento de manera remota. En esa instancia, luego de presentar fiebre y dar negativo en el hisopado de Covid, se detectó una infección en su pierna izquierda, la cual inicialmente fue tratada con antibióticos.
“Debo tener buena salud, porque si no ya estaría muerto”, declaró Lanata el año pasado, refiriéndose a las distintas patologías que debió enfrentar en los últimos años. Y con su habitual soberbia, aclaró que no le temía al coronavirus: “Tengo cero miedo. Pero eso es porque yo estoy mal de la cabeza. Yo soy grupo de riesgo, pero realmente no tengo miedo del virus”.
Justamente, su sobrepeso, la diabetes, los cinco stents que debieron colocarle, la apnea y su riñón trasplantado lo convierten en una persona de alto riesgo en tiempos de pandemia.
En los últimos tiempos Lanata tuvo que enfrentar diferentes problemas de salud. Más allá de sus conocidas dolencias renales, en 2019 estuvo internado en tres oportunidades distintas. En junio contrajo el virus de la Influenza H1N1, conocido como gripe A, que le causó un cuadro de hipertensión arterial reactiva. En la Fundación Favaloro fue atendido también por un problema en una de sus rodillas, que derivó en un dolor de cadera y de espalda debido a una caída sufrida en la radio.
Estuvo internado dos meses en el Fleni, donde logró grandes avances, pero no podía sentarse a raíz de los fuertes dolores que le ocasionaba un problema en la espalda. Por este motivo, sus médicos determinaron que debía realizarse una cirugía que en la Argentina no suele hacerse, y por lo tanto tuvo que viajar a un centro médico especializado en Nueva York.
Finalmente, en los primeros días del año fue operado con éxito de una cifoplastía en el Hospital Presbiteriano de Nueva York.