Mientras los infumables tildaban a Maradona de tramposo, Brancatelli se les paró de manos y se las clavó al ángulo: “Hay que ser antipatria, eh…”

Como no podía ser de otro modo, el gorilaje infumable denostaba al más grande por “tramposo” a un año de su muerte cuando Branca, harto de tanta miserabilidad, se plantó y aparte de sacarle la careta, los destruyó en un segundo. Aplauso, medalla y beso